El reconocimiento facial tiene cualidades que lo podrían convertir en un aliado eficiente para la automatización de procesos, y también para auxiliar en los procesos de seguridad. Sin embargo, el problema de seguridad del usuario continúa siendo uno de los puntos coyunturales que han retrasado la implementación de la tecnología en la mayoría de los países, aunque en China es otra historia.
Dentro del más reciente aeropuerto en China; el Aeropuerto Internacional de Beijing Daxing, la experiencia del reconocimiento facial comienza desde los torniquetes en la estación del tren.
Los escáneres desplegados a lo largo de todo el complejo vinculan la cara de un pasajero con su pasaporte al momento de hacer check-in. El proceso de moverse dentro del aeropuerto se acelera y simplifica debido a la tecnología biométrica.
La tediosa experiencia de pasar por la seguridad del aeropuerto mejorará gracias a la tecnología, con cuatro pasajeros procesados cada minuto en Daxing, según el Subdirector General de Planificación y Diseño, Wang Qiang. Las compras en tiendas libres de impuestos se pueden hacer “con la cara”, dijo.
Cabe señalar que China es el país más vigilado del mundo, por ello, no sería de sorprender que su siguiente paso sea implementar a lo largo de su territorio el reconocimiento facial, aunque el hecho significaría la violación de derechos y posiblemente conlleve la inseguridad de los datos personales del usuario.
En octubre, la emisora estatal china Central Television (CCTV) pidió leyes para regular el uso de la tecnología de reconocimiento facial y un profesor de derecho demandó a un parque de safari local por una regla obligatoria que obligaba a los visitantes a ingresar a través de un carril de reconocimiento facial.
Cabe señalar que la tecnología del complejo no está del todo operativa, actualmente sólo es utilizada por el personal de las estaciones de tren Daxing Express.