De acuerdo con la nueva edición del Rastreador Regulatorio de las TIC, que publica la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), muchos países están logrando avances sustanciales en el camino hacia la regulación TIC colaborativa.
En América Latina, los países más avanzados en la regulación TIC son República Dominicana, con una puntuación de 94 sobre 100; México (90); Brasil (88); Perú (87); Argentina y Panamá (86); y Costa Rica y Ecuador (85).
La UIT clasifica a los países que tienen puntuación entre 85 a 100 puntos como regulación de cuarta generación (G4), que es una regulación integrada liderada por objetivos de políticas económicas y sociales; la regulación G3 es la que facilita la inversión, la innovación y el acceso; la G2 es la de apertura de mercados, liberación parcial y privatización; y la G1 es la de monopolios públicos regulados con enfoque de comando y control.
El rastreador es una herramienta interactiva desarrollada por el organismo para ayudar a los tomadores de decisiones y reguladores a entender mejor las normas y leyes de las TICs. Ayuda a identificar brechas en los marcos regulatorios existentes, aunque no mide la calidad o el rendimiento de los mismos, pero sí registra la existencia y características.
La plataforma señala los cambios que se están produciendo en el entorno regulatorio de las tecnologías, facilita la evaluación comparativa y la identificación de tendencias en los marcos legales. Está compuesto por 50 indicadores, organizados en cuatro pilares: autoridad reguladora, mandato regulatorio, régimen regulatorio y marco de competencia.
Para finales de 2018, un tercio de los países en el mundo ya contaban con regulación G4. En Europa, Italia encabeza los rankings mundiales con la mejor puntuación en regulación moderna.
África es la región donde los marcos regulatorios han evolucionado más en los últimos diez años, ya que en 2017 un 40 por ciento de las naciones africanas poseían el estatus G1, pero ahora un 52 por ciento es G3. En los Estados Árabes, el progreso de la regulación ha sido más lento que en la mayoría de las regiones, aunque probablemente se acelere en los próximos años.