La crisis provocada por la pandemia (COVID-19) ha puesto de relieve que la vida cotidiana gira en torno a actividades cada vez más digitalizadas y, por tanto, más sensibles a las amenazas a nuestros datos y sistemas.
De acuerdo con un estudio realizado por IDC, para el año 2025, el volumen de datos crecerá exponencialmente alcanzando a nivel global de 163 zettabytes, es decir 10 veces más que la cantidad de datos generada en el año 2016.