Reforma Verónica Baz
Hace casi un mes Twitter aceptó la oferta que les hizo Elon Musk para comprar la compañía, pero recientemente el empresario anunció que el proceso de compra estaba parado porque no tenía información precisa sobre el número de cuentas falsas que existen en esta red. Ambos anuncios, el de la compra y el de la pausa, se han convertido en noticias relevantes y controvertidas en el mundo de la tecnología, pero también en muchos otros ámbitos como el político.
Una de las preguntas que ha surgido es ¿qué significa que la red social que ha sido equiparada con ser la “plaza pública” pertenezca al hombre más rico del mundo? Líderes de todos los ámbitos han utilizado esta red social para mandar mensajes que han tenido un enorme impacto. Lo vimos con Trump antes de que le cerraran su cuenta y con el mismo Elon Musk, cuyos tuits le han ayudado a conectar con sus fans, pero también a impactar el precio de acciones y criptomonedas.
En 2018, Elon Musk fue sancionado por la Comisión de Valores y Bolsa (SEC) después de publicar un tuit donde comentó que sacaría a Tesla de la bolsa. Lo anterior causó confusión y daños a inversionistas y, tras la sanción que recibió, comenzó una era donde él considera que se está violando su libertad de expresión. Su pleito continúa y recientemente incluso se refirió a los de la SEC como “bastardos”.
Adicionalmente, al tener tantos frentes abiertos, Elon Musk podría ser dueño de una red social donde hay personas que quieren protestar contra él, sus ideas, empresas y proyectos. Recientemente ha habido quienes se han quejado de prácticas racistas en la planta de producción de Tesla y él ha sido acusado de maltrato animal en los experimentos que han llevado a cabo para algunos de sus proyectos.
Cuando en los últimos días Elon Musk dijo que la compra de Twitter estaba en pausa porque no estaba claro el número de cuentas falsas que hay, muchos lo consideraron un pretexto que le permitiría echarse para atrás en su decisión de compra. No es la primera vez que lleva a cabo anuncios cuando está en duda que pueda conseguir los recursos necesarios para ejecutar lo que dijo que haría.
No hemos terminado de ver los efectos causados por las declaraciones y acciones de Elon Musk, mismos que son diferentes según el ámbito. En el caso de México uno de los puntos que quizás es más relevante es el poder que han tenido las cuentas falsas o bots en el debate público.
El problema de estas cuentas es que se utilizan para generar tendencias falsas, amplificar conversaciones a modo y aumentar la intolerancia y la agresión. En México lo vemos cada semana porque los gobiernos y otros actores no han dejado de contratar empresas de comunicación cuya herramienta favorita es crear ruido a través de estas granjas de bots.
La relación del Presidente con las redes sociales ha sido de amor y odio. Tras la campaña las agradeció y ahora, después de que su hijo ha sido tendencia muchas semanas y con motivo de la posible compra, aprovechó para criticarlas y decir que ojalá se limpien de corrupción y de la manipulación de los robots.
Independientemente de qué pase con Twitter y de los debates que han surgido tras la idea de Elon Musk de comprar la empresa, sería interesante que los políticos mexicanos y líderes de otros ámbitos se comprometieran a dejar de manipular a través de cuentas falsas. La normalización del comportamiento que vemos hoy en redes es grave, lo considere así Elon Musk o no.