Así como los parquímetros, las básculas públicas y los buzones de correo, en el paisaje urbano es común observar algunas casetas telefónicas que poco, o nada, son utilizadas por la población.
No obstante, estos aparatos fueron una importante herramienta de comunicación durante la década de los ochenta y principios de los noventa, pues no toda la población tenía un teléfono en casa.
La historia de los teléfonos públicos en el país se originó a partir de 1960, cuando llegaron las primeras casetas a México, casi un siglo después que el teléfono de alcancía fuera creado por William Gray.