La Comisión Europea está probando un nuevo tipo de consulta pública conocida como Panel de Ciudadanos Europeos. Gizmodo fue invitada a observar el último panel en el que 150 ciudadanos elegidos al azar elaboraron propuestas para regular el metaverso y los mundos virtuales. Así se vivió desde dentro.
Lorenzo y Carmen estaban tomándose un café en el receso del último pleno cuando los asalté con mi grabadora. Son dos de los españoles elegidos aleatoriamente para participar en el panel sobre mundos virtuales. Se conocieron en Bruselas y no sabían nada del metaverso antes de que la Comisión Europea los llamara por teléfono. Después de tres sesiones y dos viajes a Bruselas, son grandes expertos en el tema.
“Hemos creado un grupo de WhatsApp los españoles, pero en mi grupo hay de todas las nacionalidades, desde España, que está al lado de África, hasta Finlandia, que está al lado del polo norte. Hay opiniones para todo”, dijo Lorenzo. “Búlgaros, lituanos… la labor de los intérpretes es formidable”, añadió Carmen. “Te sientes más europea, más cerca de un lituano”.
El panel sobre mundos virtuales corría a cargo de dos departamentos de la Comisión Europea: 1) la Dirección General de Comunicación y 2) la Dirección General de Redes de Comunicación, Contenido y Tecnología (más conocida como DG CNECT). En el último pleno estaban presentes Thomas Skordas, vicepresidente de DG CNECT, y Dubravka Šuica, vicepresidenta de la Comisión Europea. Pero es justo decir que todo el protagonismo se lo llevaron los ciudadanos.
Solo los ciudadanos europeos elegidos para la consulta podían hacer preguntas en el pleno y votar las propuestas que ellos mismos habían elaborado. Un periodista activó el micrófono de su escaño para hacer una pregunta y la agencia de comunicación que nos pastoreaba en Bruselas se llevó las manos a la cabeza. Una observadora metió una papeleta en la urna y causó un pequeño revuelo, que pudo ser solventado sin necesidad de repetir la votación.
Cómo se elige a los ciudadanos del panel
Los paneles ciudadanos de la Comisión Europea están inspirados en cuatro paneles anteriores que convocó la UE entre 2021 y 2022. Ha habido tres este mismo año: uno sobre desperdicio de alimentos, uno sobre mundos virtuales y un tercero, todavía en curso, sobre movilidad en el aprendizaje.
Cada panel está compuesto por 150 ciudadanos seleccionados al azar de los 27 Estados miembros de la UE. Son grupos diversos tanto en su procedencia (entornos rurales y urbanos) como en su género, edad, educación y nivel socioeconómico. Un tercio de los elegidos tiene entre 16 y 25 años para representar a las futuras generaciones de Europa.
¿Cómo se eligen? Llamando a teléfonos aleatorios, tanto móviles como fijos. “Es como que te toque la lotería”, explica Carmen. Los reclutadores usan una herramienta que genera números de teléfono válidos y llaman a los ciudadanos para proponerles participar en el panel sin darles apenas información sobre el tema que van a tratar.
La Comisión busca que los participantes representen demográficamente a la Unión Europea (sus nacionalidades varían en proporción a la población de sus países), pero también que vengan con sus ideas preconcebidas, y no se informen demasiado sobre el tema que van a debatir.
Los paneles se dividen en tres sesiones, que abarcan tres fines de semana. Los 150 ciudadanos que participaron en el panel sobre mundos virtuales viajaron a Bruselas a finales de febrero, tuvieron una sesión virtual por Internet a mediados de marzo, y se reunieron por última vez en Bruselas a finales de abril.
Una breve inmersión en los mundos virtuales
En Bruselas, los ciudadanos tuvieron acceso a experiencias de realidad virtual y a expertos que resolvieron algunas de sus dudas antes de la sesión plenaria en la que expusieron y votaron sus ideas.
Los periodistas también pudimos probar varias experiencias y gafas de realidad mixta. Estuvimos aprendiendo a apagar fuegos con unas Meta Quest 2, a identificar problemas de seguridad en la oficina con unas Microsoft HoloLens y a remodelar una cocina con unas Varjo XR3.
Las Varjo son el “estado del arte” de la realidad mixta. Cuestan 7000 euros y funcionan conectadas a un potente ordenador externo, pero no pude maravillarme con su capacidad gráfica porque mis gafas graduadas no cabían dentro del casco. Sin embargo, esto no era importante para los propósitos del panel.
Pronto quedó claro que no son los primitivos mundos virtuales de hoy en día los que quiere regular la Comisión Europea, sino los del futuro. La Comisión invitó a los ciudadanos a Bruselas para imaginar un mundo digital totalmente inmersivo y su potencial impacto en la sociedad: las consecuencias físicas, psicológicas, económicas y de seguridad de una vida complementaria construida sobre Internet; la posibilidad de que un puñado de grandes empresas tecnológicas abusen de su poder como guardianes de ese metaverso.
No solo se habló del metaverso al que se accede a través de unas gafas de realidad mixta, sino de una realidad extendida en la que caben también Pokémon Go y Roblox como potentes ejemplos de realidad aumentada y de un vasto mundo virtual.
Ideas para regular el metaverso
La Comisión dividió a los 150 ciudadanos en 12 grupos y los puso a deliberar sobre distintos temas. Todos los temas estaban relacionados con alguno de los ocho valores o principios en los que se enmarcan otras normativas europeas sobre la transformación digital, como el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), la Ley de Mercados Digitales (DMA) y la futura Ley de Inteligencia Artificial.
Los ocho valores y principios son: libertad de elección, sostenibilidad, salud, educación, seguridad, transparencia, inclusión y poner a las personas y sus derechos en el centro de la transformación digital.
Los ciudadanos redactaron un total de 23 recomendaciones; dos por grupo, a excepción de un grupo que presentó una única y llamativa recomendación. Las recomendaciones fueron expuestas en pleno ante los otros grupos y votadas de forma anónima con puntuaciones del 1 al 6. El recuento de votos fue supervisado por varios ciudadanos.
Se defendieron todo tipo de ideas, desde formar a los profesores en el uso de herramientas digitales y mundos virtuales hasta crear una policía especializada en el metaverso. El grupo que solo presentó una recomendación propuso crear un “pasillo” o “puerta” virtual por la que el usuario tendría que pasar antes de acceder al metaverso. Como una versión inmersiva de la aceptación de cookies en la que el usuario podría saber de un vistazo cómo se compartirán sus datos, y negarse a ceder algunos de ellos.
Todas las intervenciones, incluidas las de las deliberaciones previas, contaron con medio centenar de intérpretes que traducían a los ciudadanos en 24 idiomas distintos con una fluidez sorprendente para personas que no estamos acostumbrados al nivel de la Comisión Europea.
Las 23 recomendaciones, especialmente la del pasillo y las que tenían que ver con educación, recibieron apoyo mayoritario del resto de ciudadanos. La única idea que recibió un apoyo tibio proponía usar inteligencia artificial para prevenir que ocurrieran delitos en los mundos virtuales. En la sesión de preguntas y respuestas, el portavoz del grupo que propuso la recomendación no pudo defender con precisión cómo se usaría la IA.
Las recomendaciones pasarán ahora a los comisarios, que las adjuntarán y tendrán en cuenta en una iniciativa sobre mundos virtuales que se publicará en junio.
Un viaje de trabajo
“Ayer hicimos un poquito de turismo, pero estaba tan cansado que no duré mucho”, dijo Lorenzo. Con los gastos de transporte y alojamiento cubiertos, los ciudadanos tienen un presupuesto de 90 euros por día de viaje para dietas, aunque se pasan la mayor parte del fin de semana en el edificio Carlomagno, frente a la sede de la Comisión Europea.
“Ha sido un fin de semana maravilloso, me ha encantado conocer a toda la gente y me siento más europea de lo que ya me sentía”, dijo Ornella, una jubilada italiana.
Otro ciudadano aprovechó una sesión de sugerencias para pedir que la próxima vez hubiera un buffet libre en lugar de un lunchbox, sugerencia que fue aplaudida por el resto de ciudadanos. También hubo aplausos para un grupo de refugiados ucranianos que fueron invitados a observar el panel.
Meter a ciudadanos aleatorios de una veintena de países en un edificio de cristal de Bruselas a deliberar sobre el metaverso es material para un chiste, pero si algo comprobamos de primera mano es que funciona. Salieron propuestas interesantes para regular los futuros mundos virtuales y hoy 150 personas se sienten más cercanos a sus vecinos. Intérpretes mediante.