Fraude financiero es la mayor preocupación de los consumidores en la era digital
En un mundo de finanzas digitales, banca en línea y comercio electrónico, los consumidores han cambiado sus prioridades. Una de las preocupaciones más alarmantes es la posibilidad de ser víctimas de un fraude financiero, que ahora es considerada una experiencia más desagradable que vivir un robo o asalto.
El descubrimiento fue compartido en exclusiva a DPL News basado en datos obtenidos del estudio Digital Consumer Banking and Fraud 2021, realizado por la empresa de software de análisis crediticio, FICO, en donde se encuestó a más de 12 mil clientes bancarios de 12 países diferentes.
De acuerdo con el estudio, tanto en América Latina como en Europa y Estados Unidos, 36 por ciento de los encuestados afirmó que su mayor miedo está en la posibilidad de ser víctimas de apropiación de cuenta bancaria (ATO – Account Takeover, por sus siglas en inglés), seguida por el fraude con tarjeta (32%) y la apertura de cuentas a raíz del robo de identidad (13%).
“En la actualidad, los hackers buscan tener el control total, incluso de nuestros smartphones, y esto supone un peligro, tanto a nivel individual, como para los bancos. En el mundo de los pagos, quizás el mayor riesgo es que los movimientos pudieran parecer genuinos”, explicó Fabricio Ikeda, director Global de Fraude y Cumplimiento para Partners y Alianzas de FICO.
¿Qué pasa con la banca mexicana en términos de fraude?
México es un mercado altamente digitalizado. De acuerdo con la encuesta, 93 por ciento de los clientes bancarios mexicanos prefiere la banca en línea en parte o en su totalidad.
La pandemia aceleró el proceso de digitalización de los servicios bancarios en el país. Para finales de 2020, México ya tenía más de 56 millones de usuarios de servicios de banca en línea, aproximadamente el 43 por ciento de la población.
Sin embargo, México también es uno de los 12 países encuestados que tienen el tercer porcentaje más alto (30%) en cuanto a clientes que prefieren una combinación de banca en línea y en persona.
Para la verificación de un pago, más de una cuarta parte (27%) de los cuentahabientes mexicanos prefieren hacerlo desde la aplicación de su banco. Pero aún existe un porcentaje alto (37%) que sigue prefiriendo los mensajes de texto al momento de verificar los pagos.
Esto refleja una evolución en el mercado mexicano que ha logrado superar las primeras etapas de la digitalización. Los consumidores han adoptado nuevos canales y tecnologías, dejando atrás el dominio del correo electrónico.
México también es el quinto país con la tasa más alta (44%) de denuncias de sospecha y fraude real. Sólo el 14 por ciento ha sufrido fraude ATO, pero el 33 por ciento de los cuentahabientes mexicanos afirma estar preocupado por este tipo en específico, aunque un número casi igual (32 %) está más preocupado por el fraude con tarjetas.
Otro dato interesante del estudio es que más del 40 por ciento de los encuestados en México no considera que la seguridad de su tarjeta en línea sea adecuada. La mayoría de los clientes tampoco creen que los bancos se esfuercen lo suficiente por mantener su dinero seguro; más del 70 por ciento siente que la seguridad de las transacciones con tarjeta en línea y en tiendas es insuficiente.
Las cifras revelan un riesgo sustancial para los bancos, porque una gran parte de los clientes está dispuesto a abandonar su banco “de siempre” a raíz de una experiencia negativa. En conjunto, el 84 por ciento de los clientes mexicanos está dispuesto a cambiar de banco si no está satisfecho con su respuesta a un incidente de fraude.
Adopción de tecnología y experiencia híbrida
Entre las recomendaciones de los expertos de FICO para los bancos mexicanos está la adopción de tecnología “que admita la detección y prevención de fraudes en toda la empresa, para una protección más integral del cliente”.
Pero es importante tener en cuenta que será necesario adoptar canales tanto digitales como físicos para el mercado mexicano, ya que los clientes aún demandan la atención en persona. El modelo de experiencia híbrida será la tendencia.
Además, los bancos deben estar preparados con herramientas digitales que les ayuden a detener las estafas, lo que incluye concientizar sobre el peligro a los cuentahabientes en primer lugar.
La estrategia debe contemplar la implementación de modelos analíticos basados en Inteligencia Artificial y Aprendizaje Automático, como puntajes de detección de estafas, para prevenir el fraude.
Equilibrio entre experiencia y seguridad
Los expertos de FICO aseguran que uno de los mayores problemas de los bancos frente al tratamiento de fraudes es su abordaje de los datos en silos, es decir, que mantienen aislada la información clave (tipo de fraude, identidad, cumplimiento, autenticación, etcétera) de los demás sistemas de la organización.
FICO considera que la única opción para resolver la gestión de fraudes es mediante el uso de la tecnología y automatización. Primero que nada se debe tener acceso a todo ese cúmulo de datos para tener el contexto preciso y de esta forma analizar la situación para tomar la mejor decisión en el momento adecuado, una práctica a la que llaman “Orquestación de Inteligencia Contextual”.
Asimismo, las organizaciones bancarias deben tener en cuenta que nos encontramos en la era de la inmediatez, por lo que es importante equilibrar la experiencia del cliente reduciendo el tiempo que tarda la autenticación de una transacción y un manejo eficiente de los riesgos.
“Se trata de una labor que requiere un excelente malabarismo, pues si lo que se busca es reducir las pérdidas por fraude habrá que trabajar un mayor número de transacciones, revisarlos lo más rápido posible y, por ende, se declinarán más casos. Pero si lo que se quiere es incrementar las ganancias, habrá que aumentar la aceptación”, aseguró Ikeda.
La plataforma de FICO es una solución de gestión de fraude empresarial que ofrece a los bancos “convertir los datos en conocimiento”, reuniendo toda la información en un cerebro central y poniéndola a disposición del equipo para mejorar la eficiencia del negocio. Una gestión completa que garantiza la protección contra el fraude y el cumplimiento de los delitos financieros como el lavado de dinero.
Algunos ejemplos que menciona FICO sobre su plataforma son: reducción del tiempo para gestionar un caso de 20 minutos a tan sólo 15 segundos, y un aumento en el número de casos atendidos del 300 por ciento, con un mayor promedio (67%) de casos resueltos en minutos.