El exjefe de seguridad de Uber, Joe Sullivan, fue acusado de intentar ocultar a los investigadores federales un ataque de hackers que expuso las direcciones de correo electrónico y los números de teléfono de 57 millones de conductores y pasajeros, informó The New York Times.
De acuerdo con una denuncia presentada en un tribunal federal de California, Sullivan cometió dos delitos graves: obstruir la justicia y ocultar un delito, al no revelar el incidente de 2016. El exjefe “participó en un plan para retener y ocultar” la infracción a los reguladores y no lo informó a las autoridades ni al público.
“Cuando una empresa como Uber es hackeada, esperamos un buen comportamiento cívico de las empresas, esperamos una rápida divulgación a los empleados y consumidores víctimas del ataque. En este caso, lo que vimos fue exactamente lo opuesto al buen comportamiento corporativo”, señaló David Anderson, el fiscal de Estados Unidos en San Francisco, en una entrevista.
Según el reporte, en 2016, los hackers accedieron y copiaron una base de datos con información personal de los usuarios de Uber. Posteriormente, Sullivan y otros empleados de Uber negociaron un pago de 100 mil dólares y convencieron a los hackers de firmar acuerdos de no divulgación.
Uber no reveló la violación hasta 2017, después de que su exdirector Ejecutivo, Travis Kalanick, fuera expulsado.
Un portavoz de Sullivan envió un comunicado demeritando los cargos y explicando que el acusado es parte de un equipo más grande encargado de la seguridad. “Si no fuera por los esfuerzos del Sr. Sullivan y su equipo, es probable que las personas responsables de este incidente nunca hubieran sido identificadas”, destacó el comunicado.
Por su parte, el portavoz de Uber, Matt Kallman, declaró: “Continuamos cooperando plenamente con la investigación del Departamento de Justicia. Nuestra decisión en 2017 de revelar el incidente no sólo fue lo correcto, sino que encarna los principios por los que manejamos nuestro negocio hoy: transparencia, integridad y responsabilidad”.