Exhiben las mejores prácticas en educación digital de América

La Organización de los Estados Americanos (OEA) y ProFuturo, el programa de educación digital de Fundación Telefónica Movistar y Fundación “la Caixa”, presentaron los resultados del Mapeo de Buenas Prácticas en Educación Digital de las Américas, que reconoce experiencias educativas que utilizan la tecnología para impulsar nuevas metodologías educativas en las escuelas.

En el proceso, la OEA y ProFuturo convocaron a escuelas y organizaciones de la sociedad civil a postular las buenas prácticas en educación digital en las que trabajan, enfocados en comunidades vulnerables y con perspectivas de género.

Criterios como la innovación, la integración de tecnología de información y comunicación (TIC), la articulación y colaboración entre miembros de la comunidad, la sostenibilidad y la posibilidad de sistematizar los resultados se tuvieron en cuenta para el estudio y mapeo de las mejores prácticas educativas.

El propósito del documento es compartir experiencias diversas que permitan imaginar y crear un futuro que contemple la tecnología en los sistemas educativos de América Latina que demuestran los desafíos compartidos de la región.

El informe muestra la experiencia de 17 países, la mayoría de prácticas se presentaron en Colombia con un 30 por ciento, en México con un 22 por ciento, Ecuador con 21 por ciento, Argentina 13 por ciento, y Perú con un 9 por ciento.

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Por su parte, 56 por ciento de las buenas prácticas se desarrollaron en el ámbito urbano, frente a un 16 por ciento que se desarrolló en el ámbito rural.

En total se presentaron 165 experiencias válidas, de las cuales el 77 por ciento fueron postuladas por las escuelas y el 23 por ciento restante por Organizaciones de la Sociedad Civil.

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De acuerdo con el documento, habilidades como la colaboración, el trabajo en equipo y el diálogo son fundamentales para el desarrollo de las actividades, ofreciendo a los niños adquirir mejores prácticas en torno a la tecnología y el desarrollo social.

Además, los proyectos vinculan actores y/o expertos externos del sector público y privado que permiten enriquecer los procesos de aprendizaje, y amplía las perspectivas de inversión e incluso la generación de nuevas políticas públicas que garanticen el fortalecimiento de la educación en cada país.

Por su parte, la posibilidad de analizar los datos para mejorar el impacto de las buenas prácticas en sus comunidades ha permitido que los miembros de los proyectos contribuyan a la toma de decisiones basados en datos.

Uno de los factores que se comparten entre países es la necesidad de fortalecer la conectividad, dado que estos impedimentos pueden llegar a estancar los proyectos. Lo mismo ocurre con la limitación de dispositivos tecnológicos en los hogares de los estudiantes o en los colegios.

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