Eric Schmidt, expresidente y exdirector Ejecutivo de Google y uno de los inversionistas más activos de Silicon Valley, consideró que la mejor forma de obtener todos los beneficios de la Inteligencia Artificial (IA) sería sólo a través de fomentar la autorregulación de las empresas involucradas y evitar marcos demasiado restrictivos.
Aunque está apenas en sus primeros inicios de adopción y uso, la Inteligencia Artificial (IA) ya ha provocado opiniones divididas respecto al posible impacto que puede tener sobre la economía y la sociedad, desde crear más desigualdad si no se distribuye correctamente la riqueza o hasta encontrar una nueva estrategia que finalmente detenga el cambio climático.
Hasta el momento, el desarrollo de plataformas de IA se han realizado sin ningún tipo de regulación o supervisión gubernamental. Sin embargo, tanto la industria como el gobierno han alertado sobre los peligros que representa el desarrollo de esta tecnología sin ningún tipo de límite.
En una entrevista con la cadena estadounidense NBC, Schmidt consideró que la mejor forma de imponer estos límites es sólo a través de la colaboración de la industria, la cual es la que mejor sabe el funcionamiento de estas plataformas.
“El tema clave desde mi perspectiva es cómo ponemos barreras a los peores comportamientos y cómo logramos un acuerdo internacional sobre cuáles son”, indicó.
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Señaló que el problema con alguna regulación prematura del gobierno es que tenderá a ser más restrictiva, contrario a una autorregulación de la industria sin que se frene el desarrollo de la tecnología.
Alertó que conforme se incremente la adopción de IA y los casos de uso disponibles, el “problema será mucho peor”, por lo que sería mejor que fuera la propia industria la que defina “límites razonables”, en lugar de políticos que no entienden la tecnología.
“No hay forma de que una persona que no sea de la industria pueda entender lo que es posible. Es demasiado nuevo, demasiado difícil. No existe la experiencia, no hay nadie en el gobierno que pueda hacerlo bien, pero la industria puede hacerlo bien y luego el gobierno puede poner una estructura regulatoria a su alrededor”, indicó.
Adicionalmente, explicó que derivado de los costos de entrenamiento de una IA, el mercado se mantendrá pequeño con quizás 20 o 30 empresas en el futuro capaces de desarrollar una plataforma de IA de forma independiente.
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Anteriormente, Schmidt también declaró en entrevista con Wired que la IA podría ser tan revolucionaria para cambiar el curso de la guerra como en su momento lo fue la bomba atómica, por lo que el directivo se ha involucrado con el Pentágono para acelerar la integración de esta tecnología.
Según datos de Crunchbase, Schmidt mantiene activas cerca de 52 inversiones en diversas compañías de tecnología. Tan sólo en 2023, participó en rondas de inversión para las startups Tome y SandboxAQ, ambas involucradas en el mercado de Inteligencia Artificial. Participó también en la búsqueda de fondos para Istari, una startup enfocada en el uso de Machine Learning para probar y desarrollar armamento militar.