¿Eliminar el efectivo como método de pago es un acto de discriminación?

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Seúl. La mayoría de las economías desarrolladas se están moviendo rápidamente hacia convertirse en sociedades sin efectivo.

En el Reino Unido, sólo 30 por ciento de los pagos se realizan con billetes y monedas, y se espera que caiga a 10 por ciento para 2034. En Suecia, la sociedad con mayor adopción del pago electrónico de Europa, los pagos en efectivo representan sólo 2 por ciento de las transacciones. Corea del Sur planea eliminar el efectivo por completo en 2020.

En Estados Unidos, algunos establecimientos están empezando a migrar a las transacciones totalmente electrónicas. Sin embargo, las tiendas sin efectivo están generando una reacción violenta entre algunos activistas y legisladores de tendencias liberales que califican el cambio como un acto que discrimina a personas que carecen de cuentas bancarias o dependen del efectivo para muchas transacciones.

Recientemente, el gigante minorista Amazon cedió ante la presión de los activistas y aceptó aceptar efectivo en más de 30 tiendas sin efectivo, incluidas sus tiendas de conveniencia Amazon Go, que no tienen cajeros, y sus librerías. Amazon declinó decir cuándo ocurriría el cambio.

¿Existe la regulación?

Cabe destacar que no existe una ley federal que obligue a las tiendas a aceptar efectivo, por lo que los legisladores están trabajando en el tema a nivel estatal y municipal.

A principios de 2018, Filadelfia se convirtió en la primera ciudad en prohibir las tiendas sin efectivo, a pesar de los esfuerzos de Amazon para disuadir la decisión. Nueva Jersey aprobó una prohibición a nivel estatal poco después, y una prohibición similar se está abriendo camino a través del Consejo de la Ciudad de Nueva York.

Antes de este año, sólo había una jurisdicción que requería que las empresas aceptaran efectivo: Massachusetts, que aprobó una ley hace casi 40 años.

Los formuladores de políticas argumentan que si bien las empresas de pago 100 por ciento electrónico aún no son tan populares, la práctica podría extenderse a más servicios, incluidos algunos que atienden a personas de bajos ingresos.

Los defensores de las prohibiciones sin efectivo temen que la tecnología se esté moviendo demasiado rápido, para 6.5 por ciento de los hogares estadounidenses (8.4 millones) que no tienen una cuenta bancaria, de acuerdo con datos de la Federal Deposit Insurance Corporation.