Reforma Jorge F. Negrete P.
No existe acción pública más importante para transformar los países y la sociedad, que la acción pública digital. El Estado y sus poderes, generando legislación, política y regulación digital.
Los países que han abrazado un cambio radical por la tecnología digital dentro de su actuación pública han acelerado sus economías y obsequiado un Estado de bienestar excepcional a sus ciudadanos, han vuelto más innovadora y competitiva su sociedad y empresas, pero están preparadas para adoptar y enfrentar las tecnologías disruptivas como la Inteligencia Artificial.
Me refiero a Corea del Sur, Singapur, China, Malasia, Japón y Vietnam en Asia; Suecia, Finlandia y Noruega en Europa; y Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, en Medio Oriente.
Dos casos relevantes son Chile y España. El primero tuvo la banda ancha fija más rápida del planeta en marzo de 2023 y España tiene 10 años preparándose con fibra óptica, base de 5G. Ambos países se han destacado en sus zonas geopolíticas, con política pública consistente a lo largo de los años.
El Estado que abandone la creación de políticas para la inclusión digital, el diseño de políticas para la educación, la salud, la cultura, la ciencia y la tecnología, la seguridad pública, la competitividad, la innovación, el campo y la industria, vinculados a la tecnología digital, estará condenando a la marginación jurídica, económica y competitiva a ciudadanos y empresas.
La acción pública del Estado y el gobierno, creada, implementada y evaluada desde el recurso digital, revela capacidades y resultados inmediatos, medibles por indicadores y resultados objetivos. El Estado que piensa digital es capaz de construir un sistema jurídico que habilite derechos fundamentales y economía en la nueva sociedad digital, pero también diseñar política pública digital y nueva regulación, vía los órganos de competencia económica, de telecomunicaciones, protección de datos personales y de protección al consumidor.
El Estado debe crear una nueva estructura normativa, sin prisas, pero sin pausa, identificando oportunidades y amenazas. La reforma del Estado comienza por lo digital:
- El Poder Legislativo debe aprender a observar y generar prospección legislativa. La revisión de los marcos legales no es una apuesta a ser el más rápido. No se trata de legislar precozmente. Se trata de comprender el hecho digital y su consecuencia en las acciones de las diversas formas de la acción humana y sus leyes. Tomar una ley, evaluarla, después otra y evaluarla. Al final, volver a observar legislativamente hablando y empezar la lenta, pero precisa estructura jurídica de una sociedad digital. La legislación precoz es emocional, torpe, incierta, mata la innovación, destruye las oportunidades y el bienestar digital; destruye la competitividad y nuevos modelos de negocio. La legislación precoz parte del miedo y no tiene objetivos ciertos. La legislación precoz quiere controlar y vuelve epidémica la incertidumbre. Nunca como hoy para tener legisladores con la paciencia y el análisis de su lado.
- La política pública es la mejor herramienta para conducir una sociedad digital. La política pública es la acción del gobierno transformada en visión, rumbo, acción, objetivos y metas medibles. La política pública crea planes y programas digitales y trabaja con órganos del gobierno y se coordina con los del Estado. Por cada derecho humano, una política pública y un proceso de transformación digital, que empodera y dirige al ciudadano dentro del recurso digital.
- La regulación es concreta, específica y temporal, materia de los órganos regulatorios autónomos, y hay que fortalecer, definir competencias y perfiles regulatorios en el ecosistema digital.
En las siguientes elecciones, seremos testigos de la visión, de la, o el líder. Que México quiere, e imagina y cómo lo ve en el escenario digital global.
México puede ser el más poderoso actor emergente, inclusivo, innovador y competitivo en la 1ª revolución digital de nuestra sociedad.
Presidente de Digital Policy & Law
X / @fernegretep