Desaparición del IFT, una decisión política

El Gobierno de México ha justificado en el tema de la austeridad la desaparición de los órganos autónomos, como el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), pero en realidad es sencillo ver que no es por dinero sino por una decisión política.

El órgano regulador de las telecomunicaciones de México es una institución que contribuye a la Hacienda Pública como pocos o ninguno, y que eroga mucho menos de lo que ingresa.

Al cierre del segundo trimestre de 2024, el presupuesto ejercido por el Instituto en los últimos seis meses, fue de mil 018 millones de pesos.

Una cantidad importante, sí, pero veamos cuánto dinero ha ingresado a la Tesorería de la Federación:

En el segundo trimestre de 2024, el IFT captó 4 mil 542 millones de pesos en la cuenta de la Tesorería de la Federación (Tesofe), mientras que el acumulado de los primeros seis meses de este año es de 17 mil 332 millones de pesos.

Si comparamos los egresos del IFT durante los primeros seis meses de este 2024, con los ingresos del mismo periodo, el órgano regulador apenas gasta el 5.8 por ciento de lo que ingresa.

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Sí, son términos simples, pero la respuesta a un argumento simple, como lo es el del Gobierno de México al decir que desaparecen por austeridad, nos muestra que no se trata de un tema presupuestario porque el regulador le da más dinero al Estado, del que consume.

El Gobierno de México necesita sacar dinero de donde sea para seguir cumpliendo con los Programas del Bienestar. El presupuesto requerido para ellos ronda los 871 mil 569 millones de pesos, que si lo comparamos con lo que ha egresado el IFT en estos seis meses, es apenas el 0.1 por ciento aproximadamente.

De hecho, la Hacienda Pública ha dejado de percibir 4 mil 500 millones de pesos anuales por la devolución que hizo Telefónica de la totalidad de su espectro, mientras que especulando que AT&T México devolviera la totalidad de su espectro (hay que recordar que ya ha devuelto algunos bloques), se dejarían de ingresar a la Tesofe unos 7 mil 500 millones de pesos anuales.

Con todo esto, lo que podemos ver es que la decisión de desaparecer al IFT no pasa por un tema de presupuesto, porque el Gobierno de México podría tener mayores ingresos si se refuerzan algunas cosas dentro del órgano regulador y con ello se fomenta la inversión, pero ya vimos que lo que al Gobierno federal le interesa es desaparecer esos órganos que para ellos fueron creados por sus adversarios neoliberales, y por supuesto, tener el control total.

Una decisión política, ¿no lo creen?

Nos leemos en la próxima Big Tech.

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