El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, presentó el 1 de septiembre de 2022 su cuarto informe de gobierno.
En su discurso utilizó tres palabras que llamaron poderosamente mi atención, porque en el nuevo mundo del 5G, del Internet de las Cosas, de la tecnología verde, de todas las nuevas economías digitales se utilizan prácticamente como una bandera.
Se trata de las palabras “transformación”, “revolución” y “analfabetismo”, pero en ninguna de ellas el Presidente incluyó la otra palabra que habría sido extraordinaria para el país, su gente y su economía: claro, me refiero a la palabra “digital”.
¿Se imaginan lo poderoso que sería que el gobierno de México hablara de “Transformación Digital”, “Revolución Digital”, y combate al “Analfabetismo Digital”?
Bueno, pues sigamos imaginándolo, porque a cuatro años de haber iniciado el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no existe en sus planes que México tenga una transformación digital.
El Presidente nunca entendió que la conectividad, por cierto un derecho constitucional al que no han accedido alrededor de 35 millones de personas en el país, va más allá de que la gente utilice Internet para entretenerse con Netflix, socializar en Facebook o comunicarse por WhatsApp.
La transformación digital implica que los ciudadanos tengan acceso a servicios de salud; educación de calidad; impulso a sectores rezagados como el campo, la ganadería, y la pesca; a que las personas tengan una vida más fácil como el uso del dinero digital; el transporte público conectado para atender mejor a las personas; trámites en línea; más empleos generados por las bondades del Internet, y así podemos seguir con una larga lista.
Todo lo anterior no parece estar peleado con el discurso que siempre ha tenido el Presidente de beneficiar al pueblo, de erradicar la pobreza, de acabar con la corrupción, pero no, nunca lo entendió.
Al Presidente de México le está pasando de largo la revolución digital como una gran oportunidad para cumplir con muchos de sus objetivos, y aunque durante su campaña electoral llegó a mencionarlo e incluso causó grandes expectativas en el sector tecnológico y de las telecomunicaciones, nunca tomó como bandera a la transformación digital que ha avanzado ya en todo el mundo, incluso en países pares de América Latina.
Ofrecer cobertura con una red móvil como lo es la Red Compartida, no es hablar de transformación digital, es más, quienes tienen un poco de sentido común, saben que ni siquiera es garantía de erradicar la brecha digital.
A poco más de dos años de terminar este sexenio, rescatar a Altán Redes y ofrecer conectividad con el operador móvil virtual CFE Internet es solamente dar patadas de ahogado, pues desde el principio del sexenio se le dijo al Presidente sobre la necesidad de desarrollar una Estrategia Digital Nacional, que siempre desdeñó.
Al final, como siempre, México sigue en el atraso, pues ni en los proyectos insignia de este gobierno se habla de hacerlos completamente conectados, con fibra, 5G, Internet de las Cosas o Inteligencia Artificial.
El tren al que el Presidente de México ya no se subió es el de la transformación digital.