Chile frente a su mayor desafío digital: telecomunicaciones entre el populismo y el rezago
A pesar del auge de la conectividad, la industria enfrenta sobrerregulación, trabas a la inversión y una falta de visión estratégica que amenaza el futuro del sector y del país.
En plena revolución digital global, la industria de las telecomunicaciones en Chile se encuentra en una encrucijada crítica. Mientras la demanda por conectividad no deja de crecer, las condiciones para sostener el sector se deterioran. ¿Están las políticas públicas a la altura de los desafíos futuros? La respuesta es contundente: no.
De pioneros a rezagados
Chile, otrora líder regional en adopción tecnológica, enfrenta hoy un preocupante estancamiento. La postergada implementación de 5G, frenada por conflictos regulatorios y judicializaciones, es sólo la punta del iceberg.
Esta tecnología, vital para la economía digital, se ha visto sofocada por una falta de visión estratégica y una preocupante descoordinación institucional.
Sobrerregulación y trabas que frenan la innovación
El panorama regulatorio es otro escollo. Normas obsoletas, trabas territoriales para desplegar infraestructura y una neutralidad de red desfasada frenan el desarrollo de la industria.
“Se exige la existencia de cuatro o más operadores móviles, mientras grandes mercados como EE.UU., China y Brasil funcionan eficientemente con solo tres.”
Además, a las empresas se les imponen costos por contingencias externas, como aumentar la autonomía de baterías para enfrentar apagones eléctricos o implementar complejas autenticaciones biométricas ante fraudes financieros, inversiones imposibles de recuperar.
Populismo que pone en riesgo la sostenibilidad
Decisiones populistas agravan la situación. Políticas como la postergación obligatoria de pagos durante crisis trasladan la carga financiera a las empresas sin apoyo estatal.
El Servicio Nacional del Consumidor (Sernac), lejos de proteger a los consumidores de manera equilibrada, ha sido utilizado como herramienta política para restringir ajustes de tarifas, sacrificando la sostenibilidad del sector a cambio de réditos electorales.
“En una industria de márgenes ajustados y alta inversión, estas decisiones están creando un riesgo sistémico que amenaza la continuidad de los servicios.”
Una hoja de ruta urgente
La solución no puede esperar. Chile debe recuperar una visión estratégica de largo plazo, sustentada en la colaboración público-privada y reglas estables. Las acciones clave incluyen:
- Eliminar trabas burocráticas para el despliegue de infraestructura.
- Facilitar el acceso a espectro adicional con condiciones favorables.
- Actualizar la neutralidad de la red.
- Crear incentivos reales para la inversión, especialmente en zonas rezagadas.
- Establecer una gobernanza digital sólida y coordinada.
No es sólo un problema técnico: es una política de Estado
En un contexto global marcado por tensiones geopolíticas y rápida innovación tecnológica, Chile no puede permitirse perder competitividad por decisiones cortoplacistas o populistas. Lo que está en juego es el futuro de millones de personas y su acceso a oportunidades de desarrollo a través de la conectividad.
Es hora de cambiar el rumbo. La sostenibilidad de las telecomunicaciones debe convertirse en una prioridad de Estado para asegurar el rol de Chile en la economía digital global.