El Heraldo de México – Julio César Bonilla
En el tejido de la sociedad contemporánea, donde la digitalización se erige como la columna vertebral de una nueva era, emerge y es preciso atender, una problemática determinante: la brecha digital. Este abismo, que separa a las personas según su acceso y competencia en el uso de tecnologías de la información y comunicación (TIC), se presenta como un desafío mayúsculo para la educación y la sociedad en su conjunto.
A primera vista, la brecha digital puede parecer una cuestión de infraestructura; sin embargo, es un fenómeno complejo que engloba diferencias económicas, educativas, geográficas y culturales. Porque, es claro que no se trata únicamente de quién posee un dispositivo electrónico y quién no, sino de quién tiene la capacidad de navegar en el vasto océano de la información digital y quién queda a la deriva, sujeto a la vorágine de las corrientes y mareas de una sociedad cada vez más digitalizada.