Todavía recuerdo que en octubre del 2015 comencé mi camino cubriendo la fuente de telecomunicaciones en el periódico Reforma, cuando el flamante Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) tenía escasos dos años de haberse creado con la reforma telecom.
En aquel entonces el órgano regulador mexicano trabajaba en el tema del famoso apagón analógico, que implicaba el despeje de la banda de 700 MHz que era ocupada por la señal de televisión análoga, y que finalmente daría paso a la transición de la Televisión Digital Terrestre (TDT) que hoy conocemos.
A pesar de las dudas de dicho proceso y el posible retraso porque millones de personas podrían quedarse sin acceso a la señal digital, por no tener un televisor que soportara este tipo de tecnología, fue el 17 de diciembre de ese mismo 2015 cuando se dio el famoso apagón analógico, aunque en 2016 continúo en algunos lugares del país, en donde tenían estaciones de baja potencia.
El apagón analógico y el cambio a la televisión digital abierta, implicó al mismo tiempo que quedara despejada la banda de 700 MHz, de la cual licitarían 90 MHz para crear la Red Compartida.
Toda esa era información muy técnica, bastante difícil de comprender y sobre todo para los colegas periodistas, también bastante difícil de “aterrizar” para que las personas entendieran cómo iba a afectar eso en su vida cotidiana.
Les confieso que aquella época fue complicada en mi vida profesional, precisamente porque era un novato cubriendo los temas de telecomunicaciones, que requerían un alto grado de especialización.
Pero no tuve de otra, me tocó “entrarle a los trancazos” y aprender sobre la marcha, por supuesto con la ayuda de las y los colegas experimentados que cubrían la fuente en la calle y en la redacción. De ellas y ellos aprendí muchísimo y siempre se los agradeceré.
Pero además de los colegas periodistas, aprendí mucho de varios funcionarios que forman parte del IFT, pues desde su creación, y hasta la fecha, se encargaron de realizar talleres para periodistas en los que explicaban a detalle los procesos, temas técnicos, jurídicos, de todos sus quehaceres.
En particular aprendí mucho de aquellos talleres que encabezaba el ingeniero Alejandro Navarrete, titular de la Unidad de Espectro Radioeléctrico del IFT, en los que no solo mostraba su profundo conocimiento técnico, sino su forma tan particular de “aterrizar” esos temas, que siempre lo agradecí.
Y también aprendí lo más que pude sobre los temas de competencia económica, y derechos de las audiencias y usuarios, de las entonces comisionadas María Elena Estavillo y Adriana Labardini, grandes especialistas en dichos temas.
Les cuento todo esto, porque durante el trabajo periodístico que realizábamos los diversos medios en aquella época, y que me atrevo a decir que la mayoría de los colegas de aquel entonces hacíamos un trabajo muy crítico, pudimos ver la alta especialización de las personas que conformaban al IFT.
Esa alta especialización permitió muchos beneficios para los usuarios y las audiencias. No los voy a enumerar porque de eso hay mucha información en diversos estudios y reportes hechos tanto por el IFT, como por organismos nacionales e internacionales. Claro, hubo también muchas áreas de oportunidad que el IFT dejó pasar.
Con la extinción del IFT aprobada ya por el Senado y la Cámara de Diputados, se termina una época de avances importantes en los servicios que al final recibían/reciben las y los mexicanos (deseo que con el nuevo/viejo modelo del gobierno en el sector podamos seguir adelante en la transformación digital del país).
La extinción del IFT no se dio de un momento a otro, sino se fue gestando desde el sexenio pasado en el que Andrés Manuel López Obrador lo ignoró y no eligió a las comisionadas para conformar el Pleno de siete integrantes (el IFT desaparece con solo cuatro comisionados en su Pleno).
Desde el sexenio pasado, con el desdén del Gobierno federal a las telecomunicaciones, también vimos, desde el gremio periodístico, cómo se fue desintegrando la fuente de telecomunicaciones y fuimos pocos los que sobrevivimos.
Con el nuevo gobierno que encabeza Claudia Sheinbaum, que estará marcado por la desaparición del IFT, y los otros seis órganos autónomos, también inicia una nueva etapa para nosotros los periodistas, quienes nuestro trabajo será informar de manera oportuna y veraz sobre los avances o retrocesos en la transformación digital de México.
Adiós al IFT.
Nos leemos la próxima Big Tech.