El Periódico Salvador Paíz
Heredé de mi padre grandes sueños. En especial, el sueño de apalancar la tecnología para mejorar la educación de Guatemala. Fue con ánimo de cumplir ese sueño inconcluso de mi padre que nació Funsepa, fundación que lleva su nombre. Desde hace 16 años trabajamos incansablemente con una meta en mente: llevar tecnología a todos los niños del país. Les puedo asegurar que no ha sido nada fácil. Ha sido un camino empinado y lleno de retos. Por eso, veo con admiración el anuncio de nuestro país vecino, El Salvador, de pretender llevar tecnología a todos los niños de su país.
Hace una semana, el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, sorprendió al mundo al presentar su estrategia de tecnología, con la cual llevará computadoras y ‘tablets’, totalmente gratuitas y con conexión a internet, al 100 por ciento de los estudiantes salvadoreños. El equipo también cuenta con un ‘software’ de seguridad, lo cual permite a las autoridades rastrear su ubicación. Los niños y jóvenes beneficiados también tendrán acceso a otras herramientas para su aprendizaje, como Platzi (para aprender inglés), Microsoft Office y Google Classroom.
Sin lugar a dudas, este es un proyecto sumamente ambicioso que transformará el sistema educativo de El Salvador. Y no puedo hacer otra cosa más que preguntarme, ¿por qué El Salvador puede y nosotros todavía no lo logramos? ¿qué tenemos que hacer para terminar de una vez por todas con la brecha digital que tanto afecta a nuestro país? ¿cómo logramos que la educación sea priorizada y sea vista como la mejor inversión para nuestro futuro?
En mi opinión, lo primero que tenemos que hacer es darnos licencia para soñar en grande. Hace 16 años, cuando a mis hermanos, mi madre y mi persona, se nos ocurrió la idea de crear Funsepa y llevar computadoras a escuelas del país, nos dijeron que sería imposible. Muchos nos cuestionaron y decían que no íbamos a lograr nada y que iba a ser un esfuerzo en vano. Aquí estamos más de una década después con más de medio millón de niños beneficiados y más de 1,700 escuelas equipadas con 26 mil computadoras. Pero quizás el logro más importante es haber capacitado a 90 mil docentes del sistema público en cómo utilizar la tecnología como herramienta educativa.
El mejoramiento de nuestro sistema educativo está más cerca de lo que pensamos. Podemos construir sobre esa base de 90 mil maestros capacitados por Funsepa. Muchos países han implementado tecnología sin hacer la difícil labor de capacitación docente. Guatemala podría generar resultados aún más transformadores y sorprendentes, al haber completado una buena parte de esa tarea inicial. La capacitación docente es fundamental para que la tecnología pueda ser aprovechada adecuadamente.
Ciertamente, frustra el hecho que hemos tenido un sinfín de intentos fallidos. En 2016 surgió el esfuerzo #AdiósBrechaDigital, una iniciativa que buscaba tener conectividad para escuelas. Tristemente quedó totalmente en el olvido por conflictos respecto a la frecuencia 4G. En 2017 el Mineduc tenía un presupuesto autorizado superior a Q80 millones para comprar computadoras, licencias de Internet y equipar laboratorios de escuelas e institutos públicos. Sin embargo, según el Sistema de Contabilidad Integrada (Sicoin) solo se ejecutó el 1.7 por ciento de estos recursos. Por otro lado, seguimos invirtiendo muy poco en educación, 3 por ciento de nuestro PIB, lo cual contrasta con países como Costa Rica, en dónde invierten 7.6 por ciento del PIB.
Es momento de definir esto como una prioridad nacional. De soñar en grande. De enfrentar los retos, las excusas, las resistencias pasivas. Es momento de ejecutar. Debemos pasar del típico “no se puede” al “sí se puede”. Necesitamos cerrar la brecha digital. Hoy, debido a la pandemia de COVID-19, la tecnología pasó de ser un “lujo” a ser un requerimiento indispensable de la educación. Necesitamos llevar tecnología a todos los estudiantes de nuestro país, para que puedan tener acceso a la educación de calidad que se merecen.