Las comunicaciones satelitales ya brindan conectividad asequible a innumerables clientes desatendidos o desconectados de todo el mundo. Su despliegue continuo ayudará a evitar que la brecha digital se convierta en un abismo: un riesgo real, ya que las redes 5G solo terrestres se planean principalmente para partes de áreas densamente pobladas. Así lo considera una nota publicada por Global Satellite Coalition (GSC), que reúne a las principales asociaciones de la industria satelital, en el marco de la CMR-19, evento donde se discute qué servicio irá en el espectro milimétrico, entre otros temas.
Uno de los principales debates de la CMR-19 es la disputa entre la industria de Telecomunicaciones Móviles Internacionales (IMT) y la satelital por las frecuencias más altas. “Sin un espectro adecuado, la industria de la comunicación satelital no podrá mantener y hacer crecer sus servicios 5G, conectar a los que no están conectados, ni podrá proporcionar el grado de soporte necesario en un mundo cada vez más vulnerable”, destaca el documento.
Al proporcionar a los consumidores acceso de banda ancha de hasta 100 Mbps y contribuir al proceso de estándares 5G a través de 3GPP, los satélites de comunicación son clave para un mundo que promete un crecimiento económico inclusivo basado en la conectividad de próxima generación y 5G.
Según la nota, los planes comerciales “pueden no ser factibles sin la cobertura de área amplia, la confiabilidad y la capacidad de recuperación que ofrece el satélite”.
El documento destaca que los satélites también permiten la conectividad de banda ancha a industrias críticas como el petróleo y el gas, la minería, así como a cientos de millones de dispositivos conectados cada año a plataformas móviles a bordo, como automóviles, aviones, trenes y barcos.