¿Quién necesita un teléfono plegable?

Se trata de una tecnología impactante, pero su suerte la decidirán la usabilidad y los precios.

El Tiempo-Wilson Vega

Es una señal de lo estático que se había tornado el paisaje de los smartphones que los teléfonos plegables, dotados con pantallas flexibles, hayan causado la sensación que generaron durante el último mes. Después de años acostumbrados a lanzamientos que repetían básicamente las mismas formas y funciones, los interesados en el tema –expertos, reporteros, analistas y usuarios– le dieron la bienvenida a un refrescante aire de novedad en los lanzamientos de Samsung, Huawei y otros fabricantes.

Pero ‘nuevo’ no necesariamente quiere decir ‘mejor’, aunque en este caso, por lo visto, sí quiere decir ‘más caro’. El Galaxy Fold, el plegable de Samsung, tendrá, según se anunció, un precio que comienza en 1.980 dólares. En medio de rumores de que Huawei mostraría un modelo más barato en Barcelona, los asistentes al Mobile World Congress (MWC) se encontraron con una flexible belleza… de 2.600 dólares.

En plata blanca, eso quiere decir que no hay razón para esperar que, si llegan a Colombia, estos modelos se vendan en el país por menos de siete o hasta ocho millones de pesos.

Los fabricantes, por supuesto, saben que se trata de dispositivos carísimos, y no están apostando por ventas récord. En su lugar, parecen buscar reproducir el éxito que en su momento prometía el iPhone X, que vendió menos unidades luego de su lanzamiento en 2017, pero produjo más ganancias por su, por ese entonces, inusual precio de más de 1.000 dólares. La felicidad, sin embargo, duró poco, cuando las cifras de ventas mostraron que si bien es posible hallar un comprador interesado en pagar 1.000 dólares por un teléfono, es menos probable que quiera cambiarlo al año de haberlo adquirido.

Huawei Mate X

El Huawei Mate X llega a competirle directamente a Samsung, que días antes también lanzó su primer equipo con pantalla plegable, el Galaxy Fold.Foto:

Sergio Pérez / Reuters

Es probable que la novedad y el cool factor demuestren ser fuertes motivadores de la compra de uno de estos teléfonos. Pero, más allá de la flexibilidad de sus pantallas, sus características están a la par con los flag-ships actuales de sus fabricantes.

Samsung equipó el Galaxy Fold con un chipset de procesador de última generación y 12 GB de RAM, con lo que lo propone como una alternativa competitiva para los computadores portátiles. A eso agregó un sistema con dos baterías diseñado para ofrecer más rendimiento en el día a día que sus rivales. Por su parte, Huawei hizo del Mate X un terminal 5G, provisto de un chipset de módem multimodo de 7 nm Balong 5000 y una batería de 4.500 mAh compatible con carga inalámbrica.

Samsung presentó su teléfono plegable ‘Galaxy Fold’ en un evento en San Francisco (EE. UU.) en febrero de este año. Foto:

Samsung

Ahí podría estar la clave: si estos teléfonos logran seducir a los usuarios y hacerles creer que de verdad representan una alternativa, no solo a su actual smartphone sino a su tableta, e incluso a su computador, los precios podrían lucir menos abultados. O más competitivos si se quiere.
Solo cuando usuarios reales tengan en sus manos terminales reales en condiciones reales sabremos si ese es el caso.

Quedan razonables dudas en cuanto a aspectos tales como el peso, la resistencia de los materiales y la fluidez de los cambios entre el modo smartphone y el modo tableta, pero también quedan las previsibles mejoras en materia de software y, con cada nueva versión, también de hardware.

Los teléfonos flexibles están aquí, y ya Lenovo, Xiaomi, ZTE y Nubia han mostrado su interés. Incluso, Apple patentó un modelo, que nadie espera ver antes de uno o dos años.

Los usuarios, con sus billeteras (con más probabilidad, sus tarjetas de crédito), tendrán la última palabra.