Las «criptomonedas estables» están adquiriendo
una importancia crucial en los debates sobre
el futuro de nuestro sistema monetario y pueden
alterar dicho sistema de forma inesperada
Brett Scott, Cloudmoney
Una criptomoneda estable o stablecoin es, en sí mismo, un oxímoron. Como bien hace notar Brett Scott en su libro Cloudmoney (2023), incluye el sustantivo coin (‘moneda’) para evocar su asociación con Bitcoin, la tecnología blockchain, el mundo cripto y las finanzas descentralizadas en general; al mismo tiempo posee el adjetivo stable (‘estable’) que, de cierta forma, atempera o trata de neutralizar una de las características más notables de las criptomonedas en sus 17 años de historia: la volatilidad.
Así, una stablecoin sería una criptomoneda estable, que está vinculada a alguna otra moneda o activo y respaldada por reservas de dicho activo en un banco. Por ello se encuentra a caballo entre el mundo cripto y el sistema financiero tradicional, en la intersección entre la tecnología blockchain y las divisas fiat.
“Existen zonas ambiguas en las que se produce una hibridación, pero quizás la más ambigua sea el nuevo mundo de las «criptomonedas estables»”, escribió el antropólogo económico y activista financiero sudafricano en la obra referida.
Las stablecoins o criptomonedas estables datan de 2014. USDT, una criptomoneda estable ligada al dólar emitida por la empresa criptográfica Tether, fue la primera en lanzarse y hoy se mantiene como la más importante, con un suministro circulante y una capitalización de mercado superior a los 160 mil millones de dólares. “La mayor parte de lo que llamamos «dinero» son pagarés emitidos por bancos o empresas, y Tether era una variación criptográfica de ese mismo principio”, explica Scott.
La segunda mayor, en términos de volumen, es USD Coin (USDC), emitida por Circle, que a finales de julio de 2025 tiene un market cap de casi 64 mil millones de dólares y una oferta total análoga.
Las monedas estables también están desafiando las redes de tarjetas tradicionales. En 2024, el volumen de transferencias en stablecoins llegó a 27.6 mil millones de dólares, lo que superó el volumen combinado de transacciones de Visa y Mastercard en el mismo año.
Para octubre de 2024, Payments and Commerce Market Intelligence (PCMI) estimaba que la oferta de stablecoins era de 150 mil millones de dólares; mientras que para este 2025 el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) estima que ya ha superado los 200 mil millones (208 billion), ambos con datos de Visa.
Generalmente, el uso de USDT se asocia a Asia y Europa, mientras que las transacciones con USDC se relacionan con Estados Unidos, aunque eso podría cambiar en el futuro, a raíz de las recientes regulaciones que acaban de aprobarse en el país norteamericano. Y quizás es precisamente ese carácter anfibio lo que le ha permitido a las stablecoins ser las primeras en colarse en la regulación —fuera del experimento con Bitcoin de El Salvador que empezó en 2021 y terminó discretamente este mismo año.
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EE. UU. lidera la regulación y allana el camino para la adopción masiva de stablecoins
El 17 de julio, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó la GENIUS Act (Guiding and Establishing National Innovation for U.S. Stablecoins), que provee una regulación para las stablecoins de pago, la primera legislación de carácter nacional en el país, y al día siguiente el presidente Donald Trump, un público entusiasta procripto, la firmó y la convirtió en ley.
En una hoja informativa difundida ese día, la Casa Blanca la calificó como una ‘legislación histórica que allanará el camino para que Estados Unidos lidere la revolución global de las monedas digitales’, lo que, anticipó, atraerá una ‘inversión e innovación masivas’ al país.
Desde su segunda campaña presidencial, a mediados de 2024, Trump se había manifestado públicamente a favor de las criptomonedas —pregonaba que quería convertir a EE. UU. en la ‘capital cripto’ del mundo— y recién asumió el cargo en enero de 2025 comenzó a tomar medidas en la materia. En su primera semana, firmó una Orden Ejecutiva para promover el ‘liderazgo estadounidense en activos digitales’ y en marzo estableció una reserva estratégica de Bitcoin y otros activos digitales.
Trump también formó un equipo de asesores, liderados por David O. Sacks, presidente del Consejo Presidencial para la Ciencia y la Tecnología, conocido como el ‘zar de las criptomonedas e Inteligencia Artificial’ de Trump. Sacks, empresario e inversionista sudafricano, es conocido por haber fundado PayPal y ser un férreo defensor de las criptomonedas.
EE. UU. presumió su ley como el ‘primer sistema regulatorio federal para las stablecoins’, aunque previamente, incluso desde dos años antes, la Unión Europea había sido el primer gran mercado en implementar un marco regulatorio integral y transjurisdiccional para activos digitales, MiCA (Markets in Crypto-Assets), de 2023, que también abarca a las stablecoins —en particular, se refiere a las «stablecoins algorítmicas»—. No es ningún secreto que Europa siempre se apresura en la regulación y es en lo que indiscutiblemente es un pionero.
Para BCG y QED Investors, ambos hechos, las ambiciones estadounidenses y la regulación europea, subrayan el momentum de las finanzas en cadena, todas aquellas actividades y transacciones financieras que se realizan en Blockchain.
Pagos B2B transfronterizos: el reino de las stablecoins
En el amplio dominio de las stablecoins, destacan las startups fintech que han desarrollado soluciones para los pagos empresariales (B2B) y, dentro de estos, específicamente los transfronterizos, que prometen ser su killer use case.
El estudio Rompiendo barreras. Cómo la tecnología blockchain y las stablecoins están transformando los pagos transfronterizos en América Latina, de Bitso Business y PCMI, identifica a la falta de liquidez, el cambio de divisas, los pay-ins y pay-outs en moneda local, la seguridad y transparencia, la regulación compleja y fragmentada y los sistemas heredados como los principales problemas de los pagos transfronterizos actuales.
En ese sentido, el reporte concluye que las stablecoins pueden fungir como un artilugio para solucionar la mayoría de estos puntos de fricción. Y ya hay más startups y fintechs —además de Bitso— que las están utilizando para facilitar las transferencias internacionales en América Latina y desde Estados Unidos y viceversa.
En su estudio Fintech’s Next Chapter. Scaled Winners and Emerging Disruptors, BCG y QED señalan que aunque SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication, la red para hacer transferencias interbancarias tradicionales) “ha estado invirtiendo en acelerar los tiempos de liquidación”, en los corredores hacia y desde el Sur Global —que representaron 14 billones de dólares de un total de 1,637 en el volumen de pagos globales—, los bancos corresponsales añaden fricción y costos significativos —de 10 a 50 dólares por pagos transfronterizos—.
El estudio apunta que las plataformas de pago basadas en stablecoins podrían permitir a las fintechs de remesas construir y operar esta infraestructura a menor costo. No obstante, advierte que persisten dos desafíos clave para las stablecoins en los pagos transfronterizos: su conversión a y desde moneda fiat, y la infraestructura de prevención de lavado de dinero (PLD) y verificación de identidad (KYC), e indica que si logran superarlos, las stablecoins pueden convertirse en una parte clave del mix de pagos transfronterizos.
Emergen startups ‘latinas’ de stablecoins
En los últimos años y, específicamente en los últimos meses y semanas, se ha intensificado la creación de startups fintech fundadas por inmigrantes ‘latinos’ —o cuyo mercado nuclear es Latinoamérica— en Estados Unidos, sobre todo en Miami, como una suerte de capital exógena, aunque más próxima geográficamente, desde donde atienden a los principales mercados de la región.
Ahí está KEO World, fundada en 2020 por el emprendedor italiano Paolo Fidanza, que utiliza stablecoins para pagar facturas entre compradores y proveedores que son liquidadas por un banco. Con sede en Miami, su principal operación está en México y más recientemente abrió una oficina en Brasil. En su caso, resalta que emplea la blockhain Algorand, su socio global es American Express y, para el mercado brasileño, el banco de inversión BTG Pactual.
También en los albores de julio, Kira salió a la luz pública. La nueva fintech de Edrizio de la Cruz, cofundada junto a Alberto ‘Beto’ Díaz y Camilo Jiménez, irrumpió en el escenario global con unos ingresos de 3 millones de dólares en su primer año operando en silencio y una ronda pre-semilla de 2 mdd. Kira otorga infraestructura de finanzas descentralizadas (DeFi) mediante stablecoins —usa USDC, de Circle— y agentes de IA a través de una única API.
Mientras que la más reciente en incursionar en este campo es Uglycash, la ‘stablecoin app’ originaria de Estados Unidos —basada en San Francisco y dólares estadounidenses— que brinda servicios financieros globales, con la posibilidad de realizar transferencias internacionales y rendimientos de hasta el 8% anual sobre el saldo en la app gracias a la programabIidad del dinero que permiten las stablecoins. Fue fundada en 2020 por el programador venezolano Gabriel Jiménez —el arquitecto del Petro, la moneda digital de Nicolás Maduro— y justo ahora está llegando a México, donde están su CFO y su Compliance Officer.