Predicciones DPL News 2025 | Aceleración de programas para integrarse a cadena de semiconductores
Este texto forma parte de las Predicciones DPL News 2025:
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La emisión de la Ley CHIPS por parte de los Estados Unidos, en medio de sus esfuerzos por fortalecer la cadena de suministro de semiconductores, se puede convertir en una de las más importantes oportunidades de inversión para América Latina. Se espera que a lo largo del 2025, los países aliados anuncien programas para atraer inversión privada y desarrollar su ecosistema local, que complementen los recursos y programas impulsados por el país norteamericano.
Más allá de la oportunidad económica que representa para los países latinoamericanos, la Ley CHIPS es también una herramienta de geopolítica utilizada por los Estados Unidos para intentar reducir la influencia de China en la región. Básicamente, al sumarlos a un ecosistema más robusto de fabricación de semiconductores, sería más costoso para los países latinoamericanos adoptar alternativas.
En particular, Estados Unidos, en conjunto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), lanzó el Fondo Internacional para Tecnología, Seguridad e Innovación de la Ley CHIPS (CHIPS Act International Technology Security and Innovation, ITSI), el cual buscará mejorar las capacidades de ensamblaje, pruebas y embalaje (ATP) de semiconductores en países socios clave, empezando por México, Panamá y Costa Rica con fondos por 500 millones de dólares.
Sin embargo, la llegada de Donald Trump a la presidencia por un segundo mandato añade un nuevo nivel de complejidad e incertidumbre a la política estadounidense. El mandatario se ha mostrado más favorable por impulsar la inversión al interior de Estados Unidos, por lo que se podrían reducir los incentivos económicos y de política para que las compañías adheridas al programa inviertan en países aliados.
Asimismo, las amenazas de Trump respecto a la imposición de aranceles o la nueva revisión de tratados de libre comercio no augura un camino fácil para que la inversión se extienda más allá del país norteamericano. A esto se debe sumar que la Ley CHIPS ya cuenta con candados para evitar que China se beneficie de cualquier inversión realizada por las empresas participantes, por lo que Estados Unidos podría tener una mayor vigilancia sobre las relaciones de los países aliados con China.
Antes de sumarse a los programas e incentivos bajo la ley, múltiples países de la región deben emprender otras iniciativas para poder acelerar su integración y convertirse en destinos atractivos de inversión. Cabe señalar que los países latinoamericanos no son los únicos que están interesados; otras naciones de Europa y Asia también preparan sus propias estrategias para ser competitivos en el mercado.
Durante el próximo año, Latinoamérica tendrá que atender múltiples desafíos para integrarse con éxito a la cadena de valor de semiconductores, tales como el desarrollo de talento en áreas críticas del segmento: para la construcción de la planta, y los procesos de fabricación; preparar normas que permitan el uso de recursos naturales como el agua, pero que al mismo tiempo cumplan con los objetivos de sostenibilidad; o destinar amplios recursos económicos e incentivos fiscales para el establecimiento de las instalaciones.
México
El gobierno mexicano se ha centrado en el Foro de Colaboración de Semiconductores México-Estados Unidos, como un mecanismo de colaboración entre ambos países para lograr concretar planes de inversión en el segmento. Aunque el gobierno mexicano no ha ofrecido mayores detalles, participantes del foro aseguran que se preparan políticas públicas, medidas de cooperación, inversiones y desarrollos.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, estableció el objetivo de duplicar la industria mexicana de semiconductores en seis años. Por ello, también está trabajando con regiones clave como Jalisco, Aguascalientes, Baja California y Chihuahua, para que cuenten con la infraestructura y los recursos necesarios.
La recién creada Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (SCHTI) también anunció que buscará instalar una fábrica de semiconductores en el país, así como atraer empresas de diseño de circuitos integrados.
Costa Rica
Costa Rica puso en marcha un plan estratégico destinado a establecerse como centro regional de semiconductores. Esta hoja de ruta se centra en cuatro pilares: desarrollo del talento, modernización de los incentivos financieros, atracción de inversiones y agilización de los procesos normativos.
Applied Materials ya anunció que abriría una nueva Oficina de Servicios Globales en Costa Rica el próximo año. La inversión de la compañía está en línea con las oportunidades y servicios ofrecidos por los países de la región enfocados en áreas como logística, servicio y ventas, por lo que aún deberá hacerse un esfuerzo extra por atraer inversiones en áreas más técnicas y de mayor valor, como empaque y manufactura.
Panamá
Aunque Panamá es de los países que esperan beneficiarse del Fondo ITSI, Eduardo Ortega-Barría, titular de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), admitió que existe cierta incertidumbre respecto al plan. Mientras se espera la continuidad del fondo en la nueva administración, consideró que es difícil saber “la fortaleza o si va a ser más robusto o menos robusto”.
El funcionario advirtió que el país no ha recibido todavía fondos de los 500 millones de dólares anunciados para la región. Esta falta de otorgamiento de los recursos podría dificultar el avance de las naciones en la cadena de valor de semiconductores, especialmente en áreas más técnicas que requieren mayor inversión.
Guatemala
Aunque Guatemala no es de los países originalmente incluidos en el Fondo ITSI, el país buscará aprovechar su posición geográfica respecto a Estados Unidos para convertirse en un foco de inversión, pero también es de los pocos países en el mundo que mantiene relaciones diplomáticas con Taiwán.
El país centroamericano ya ha iniciado conversaciones con ambas naciones para integrarse al fondo, así como para divisar una hoja de ruta en temas de empaquetamiento, y en el largo plazo, atraer operaciones de pruebas y ensamblaje.
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