El Peruano Arlett Tataje
La pandemia trajo cambios innegables en la forma de comunicarnos y relacionarnos. En un inicio, la situación era bastante incierta; sin embargo, terminó volviéndose una gran oportunidad, sobre todo para las empresas del rubro conectividad, ciberseguridad y tecnología, que tuvieron que adaptarse rápidamente a las nuevas tendencias y necesidades del mercado.
De esta forma, nuevas tecnologías para comprar, comunicarse, trabajar, estudiar y hasta divertirse se comenzaron a implementar. Ante este fuerte impacto, hogares completos se enfrentaron a serios problemas de conectividad al tener a todos los miembros de la familia hiperconectados a la vez, ya sea en clases virtuales o el teletrabajo. En muchos casos, ni siquiera pudieron conectarse, ya que más del 70% de estudiantes en edad escolar no contaron con conectividad adecuada durante el 2020, según cifras del Ministerio de Educación.
Por otro lado, la calidad de internet que tiene el Perú jugó un papel fundamental. El Organismo Peruano de Consumidores y Usuarios (Opecu) anunció que si bien en junio de este año la velocidad de internet fija subió a 55.4 megabits, continúa estando muy alejada del promedio mundial de 106.61 megabits. A esto se le suma que la velocidad de internet que reciben los usuarios de diversos operadores de servicios no corresponde a la contratada, lo que trae complicaciones al enfrentar la virtualidad.
La pandemia, entonces, puso en la mesa la importancia de la conectividad en los hogares, que buscaron la forma de hacerle frente a las responsabilidades del día a día sin interrupciones, buscando opciones en el mercado que les permitiera mantener una buena calidad de conexión. En ese sentido, debido a la gran demanda, empresas dedicadas a este sector, junto a los canales de venta tecnológicos, tuvieron que adecuarse y satisfacer rápidamente las exigencias del mercado.
Compañías B2B se vieron obligadas a rediseñar sus procesos, a fin de mantener sus metas de venta y su relación comercial con el cliente, demostrando capacidad de transformación y adaptación en procesos como la gestión de ventas, adopción de soluciones tecnológicas, reasignación eficiente de recursos y hasta actividades de marketing en el nuevo contexto de virtualidad.
Si bien el mayor reto para los distribuidores y canales de tecnología ha sido la generación y seguimiento de oportunidades de venta sin tener contacto presencial con sus clientes, también lo fue contar con el stock suficiente para atenderlos, a pesar de la crisis. La pandemia aún continúa, por lo que hoy seguir atendiendo las necesidades del mercado es necesario. Aunque atender este desafío no es sencillo, es algo que las empresas y canales de venta, dedicados a este rubro, están dispuestos a hacer.