Johel Batista, de 26 años, nunca pensó que pasaría más de 10 años haciendo crecer la Fundación Ayudinga para producir un impacto en más de 16 millones de estudiantes en toda América Latina y el Caribe cuando comenzó a producir cursos en un cuarto de su casa y los puso en línea para ayudar a otros a la edad de 14.
“No me sentía cómodo en la escuela”, recuerda Batista. “Sentía que lo que estábamos aprendiendo en ese momento no me iba a ser útil en la vida. Cambiar el modelo educativo, ese era mi sueño”.
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