Excélsior Rodrigo Pacheco
El Instituto Federal de Telecomunicaciones dio a conocer que, en los últimos dos años, los precios del internet fijo han bajado entre 13 y 58% y ello muestra el éxito del avance tecnológico que ha hecho cada vez más baratas las telecomunicaciones en conjunción con la competencia.
El dato es motivo de optimismo para el país, dado que el acceso a internet está correlacionado positivamente con un mayor desarrollo económico, no obstante, hay un enorme pendiente: la inclusión de personas con alguna discapacidad a los beneficios de las tecnologías de la información.
Los datos son abrumadores, únicamente el 1% de las páginas de internet están diseñadas para ser accesibles para personas con discapacidad, lo cual deja fuera a la gran mayoría y les impide tener acceso a una plataforma que les permitiría desarrollarse, lo cual, además de ser una injusticia social, es un gran desperdicio de potencial. Imaginemos qué hubiera pasado si el gran físico Stephen Hawkings no hubiese tenido acceso a la tecnología que le desarrolló Intel y que le permitió comunicarse a través de un sistema que, en un inicio, utilizaba moviendo su muñeca y que después pudo utilizar a través de su mejilla.
Hay que imaginar lo que se hubiera perdido la humanidad en conocimiento, y no hay que imaginar tanto para dimensionar lo que nos estamos perdiendo como sociedad y como país al no hacer un esfuerzo para dotar de herramientas a los 2 millones 691 mil personas que el Inegi tiene identificadas con problemas de visión aun utilizando lentes o el millón 350 mil que no pueden escuchar aun utilizando algún aparato o los 945 mil que no pueden comunicarse, ello por mencionar algunas cifras del universo de 7 millones 168 mil que tienen alguna limitante física o condición mental.