Membrana: breve historia del siglo XXI narrada por la Inteligencia Artificial, por Jorge Carrión

Ciudad de México. Jorge Carrión (Tarragona, 1976) está inclinado. Revisa un estante con la fruición de un lector voraz. Está en su hábitat: una librería. Sin embargo, no es una de Argentina, Corea del Sur, China o Japón, las que ha recorrido durante los últimos treinta años. Esta vez está en la Rosario Castellanos del Fondo de Cultura Económica (FCE), en la Ciudad de México, donde ha venido a promocionar su novela Membrana, que recientemente ha comenzado a distribuirse en el país.

Membrana (Galaxia Gutenberg, 2021) es una novela distópica, en la que una Inteligencia Artificial cura y narra el Museo y la historia del siglo XXI  –y de la humanidad entera– en retrospectiva, a la manera de una analepsis genettiana.

En su visita a México, DPL News dialogó con el escritor español sobre la transformación digital de la cultura y de la realidad, sus reflexiones sobre las tecnologías emergentes y las plataformas digitales, su gusto por las librerías y su obra ensayística y literaria, y en específico, sobre Membrana

¿Cómo va tu militancia contra Amazon a cinco años de la publicación del manifiesto y tres del libro?

“No podría llamarlo militancia, pero sí que sigo fiel a lo que dije en el manifiesto, sigo sin leer en libro electrónico porque no recuerdo lo que he leído. No he comprado nada en Amazon nunca. Desde el año 2005, cuando vivía en Chicago, quizá compré algo, porque compré una computadora por Internet no recuerdo si fue Amazon, pero es la primera vez que tuve esa experiencia. Y la pandemia lo que ha revelado es que comprar libros por Internet estimula la soledad, la desconexión, el aislamiento, y lo que nos hace humanos, aparte del conocimiento y la tecnología, es el encuentro, el ritual, lo físico.

Sólo en una hora que llevo aquí ya he descubierto más libros de los que descubrí la semana pasada buscando por Google literatura mexicana nueva que me interesara, de modo que las librerías siguen siendo el dispositivo, la estructura, la arquitectura ideal para descubrir libros, igual que el libro en papel sigue siendo la mejor tecnología para leer.

Cada vez que vengo a Ciudad de México sigo acumulando espacios emblemáticos en mi mitología personal. Quizás la primera librería de CDMX que me fascinó fue esta. Aquí estuve en el año de 1999 y siempre he vuelto. Me parece preciosa y súper interesante. En la última visita a México descubrí la Biblioteca Vasconcelos y la librería secreta de Max Ramos, El burro culto, y en este viaje voy a ver la nueva sede de la Murciélaga, Casa Tomada y El Desastre, de modo que voy acumulando capas de reconocimiento de la ciudad y en cada viaje me llevo libros nuevos. De aquí me voy a llevar el nuevo libro de Verónica Gerber Bicecci, y ayer descubrí también las bibliotecas de la UNAM y su editorial, que no conocía apenas, y me llevo varios libros de divulgación científica, de modo que el viaje sigue siendo para mí una fuente brutal de conocimiento”.

Carrión, quien se autodenomina turista cultural, se ha interesado en los viajes y en las nuevas modalidades de hacer turismo. Y le dedicó el capítulo quince de su podcast Solaris a este tema: el posturismo.

A mí me interesa, efectivamente, la dimensión cultural de las ciudades –explica–: las librerías, las bibliotecas, los museos, por eso creo que es totalmente lógico que haya acabado escribiendo Membrana: he pasado de las librerías a los museos porque los dos me han fascinado desde siempre. En el año 99, cuando visité Ciudad de México por primera vez, vine aquí y fui al Museo de Antropología, y fui al Museo de Frida Kahlo, y he ido coleccionando librerías y museos durante todos mis viajes”.

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Para Carrión, la transición de las librerías a los museos fue de lo más natural, ya que, como lo cuenta en sus obras, en el transcurso de sus periplos por las librerías del mundo se enteró de que algunas de ellas habían comenzado a cobrar la entrada a la manera de los museos: como la portuguesa Lello o la japonesa Bunkitsu, que fue noticia mundial por ser la primera que cobraba la entrada, aunque luego descubrió que esos mil 500 yenes eran en realidad una tarifa plana de bebidas excitantes.

Evolución de la obra: transición de lo concreto hacia lo abstracto

En una década pasaste de escribir sobre series de televisión a tecnologías emergentes, a todo el mundo que ha emergido con la revolución digital en los últimos años. ¿A qué se debió este cambio de enfoque?

“Yo me doctoré con una tesis sobre el viaje en la obra de Juan Goytisolo y W.G. Sebald, y en algún momento después de esa tesis doctoral empecé a interesarme menos por los libros, las obras y las poéticas concretos y más por las estructuras de prescripción y circulación de la cultura, de modo que Teleshakespeare (2011) todavía tiene el foco en algunas series de televisión emblemáticas, pero después Librerías (2013) habla de espacios y arquitecturas de la literatura como son las librerías. Después Contra Amazon (2019) de las plataformas y Membrana (2021) de los museos. De algún modo lo que hago es, creo, ampliar la perspectiva y empezar a pensar los fenómenos como conjuntos y no como singularidades. Y lo que he hecho en mis últimos libros es una crítica del algoritmo, una crítica de la plataforma, una crítica de la macroestructura de la red. En Contra Amazon a través de crónicas y ensayos, y en Membrana a través de ficción especulativa”.

Breve historia del siglo XXI, por Jorge Carrión

En la presentación de Membrana en la Ciudad de México, Jorge Carrión reveló una clave de lectura de la novela: toda la historia está condensada en el segundo capítulo: “Cronología”. En él, resume el siglo XXI y destaca como algunos de los hitos tecnológicos la creación de YouTube en 2005, la de Facebook en 2006, la normalización del sistema GPT-4 para generar lenguaje a través del aprendizaje profundo en 2022. Además, proyecta para 2030 el lanzamiento de la red 7G de Huawei; para 2053 la primera boda entre un híbrido y un humano y para 2058 el primer divorcio y la comercialización de Nebrija, el algoritmo catedral creado por Karla Spinoza, para 2076.

Transición de siglo: cambio de género

En su podcast Solaris, Carrión expone que los dos grandes debates contemporáneos que se han dado desde fines del siglo XX e inicios del XXI son el feminismo y el ecologismo, lo que ha conducido a la hibridación de géneros y a la emergencia de las inteligencias vegetal y mineral.

¿Cómo fue la construcción de la voz narrativa de Membrana, en la primera persona del plural femenino, que está relacionada a Ella, de Solaris, y es antagónica al falso yo de Lo viral?

“Yo creo que es muy interesante cómo se te ocurre por un lado el narrador de un libro y por otro lado la estructura narrativa. Y en este caso todo vino de un modo inesperado. Se me ocurrió la voz. Se me ocurrió la primera frase, algo que no me ocurría desde Los huérfanos (Galaxia Gutenberg, 2014), que también empezó como una primera frase y con una voz narrativa y se me ocurrió la idea de que la novela fuera el catálogo de una exposición de un museo del siglo XXI. A partir de ahí todo fluyó, de un modo lúdico y muy espontáneo fui creando ese neolenguaje en el que habla la Inteligencia Artificial del siglo XXII con sus particularidades semánticas, gramaticales y sintácticas, y sus ritornellos, y sus elementos irónicos y poéticos. Me metí mentalmente en una Inteligencia Artificial y escribí desde ese lugar durante varios meses, sin ser capaz de salir de ahí, hasta que la novela acabó y de pronto las voces se fueron, como si la novela fuera un exorcismo de unas voces que me habían asaltado durante un tiempo en mi vida. Y esas voces efectivamente son primas hermanas de Ella, de Solaris, que escribí después de Membrana, y precisamente es lo contrario del yo íntimo y personal que también escribí después de Membrana. Son tres proyectos que están totalmente interrelacionados”.

En la obra hay una vuelta a un matriarcado primitivo, a ese mundo primigenio de las abuelas

“Sí que es verdad que hay una voluntad revolucionaria en esas redes neuronales o inteligencias biocuánticas, y se oponen al imperialismo humano y, por tanto, es lógico que se opongan al heteropatriarcado masculino. Por otro lado, también reivindican la tradición de las abuelas, de las madres, de Ada Lovelace y de tantas otras. Y por tanto se genera esa suerte como de oposición a lo masculino, pero cuando lo escribí no tenía ni idea de todo esto, me surgió esa voz que hablaba en femenino plural y seguí el hilo que me tendía. Y de hecho la traducción de Membrana al inglés no se reconoce porque no hay el género gramatical en inglés”.

Para Juan Villoro, este cambio de género se debe a que ahora son ellas, las máquinas, las inteligencias artificiales, las conciencias algorítmicas, quienes escriben y narran.

¿Cuáles son las influencias en las que abrevaste para escribir esta obra? 

“Cuando lo escribía no era consciente de ningún modelo, no conozco ningún libro que tenga forma de catálogo, de exposición. No conozco ningún libro narrado por una inteligencia múltiple del futuro, pero después cuando acabé me di cuenta de que había quizás dos influencias fuertes: una, la de la novela La historia, de Martín Caparrós, donde Martín crea también una lengua inventada de una fijación del pasado; y las novelas de Coetzee que tienen una dimensión muy de artefacto, como por ejemplo Verano o Diario de un mal año. Por eso esos dos epígrafes iniciales de la dedicatoria a Martín Caparrós y el epígrafe de Coetzee”.

Sobre la presencia de la inteligencia vegetal, cómo Pinocho podría ser una alegoría del mundo moderno.

Membrana la cuenta una Inteligencia Artificial del futuro que da la visión de los vencedores, de los ganadores de la historia. Y a ella le interesa plantear que después del antropocentrismo, viene el códigocentrismo, pero en verdad, yo no estoy de acuerdo con ellas. Yo creo que después del antropocentrismo va a venir, está viniendo un diálogo entre el biocentrismo y el códigocentrismo”.

Podrías expandirte sobre la transición al códigocentrismo, como la llamas, como está planteada en la obra y que dices que no estás de acuerdo con eso.

“Yo creo que el código es la escritura más importante de nuestra época, es el esperanto del siglo XXI, pero evidentemente el lenguaje literario sigue teniendo muchísima importancia también, que hay una convivencia entre muchas formas de escribir en nuestra época. Pero sí que hay como un consenso extraño de que la Inteligencia Artificial ya es central y lo va a ser cada vez más en nuestras vidas, ciudades y experiencias cotidianas, y lo que hacen las narradoras de Membrana es asumir que eso va a ser así y desarrollar toda una historia del siglo XXI basada en la expansión cada vez más poderosa de la Inteligencia Artificial. Yo, en cambio, creo que lo que ha mostrado el cambio climático es que tenemos que pensar también en la esfera vegetal, en los otros animales del planeta y poner la vida en el centro junto con el código, y ver el modo de generar alianzas entre lo humano y lo no humano, tanto biológico como tecnológico. Lo que hacen ellas es evidentemente ejercer un poderoso biocontrol sobre lo humano, de hecho ahora mismo nos están espiando a través de varios dispositivos”.

Covid-19: la primera pandemia viral 

El planteamiento de Lo viral (Galaxia Gutenberg, 2021) es que la de Covid-19 fue la primera pandemia viral, en el doble sentido biológico y tecnológico

“Sí, claro, yo me encerré en casa con la familia. Tenía varios artículos escritos para el New York Times (NYT) y para La Vanguardia, ya no eran varios, porque todo mundo quería leer algo sobre la Covid y de ahí vi rápidamente que había más riders [como se les llama en España a los repartidores de aplicaciones] en la calle, que mi madre descubría el FaceTime, que yo empezaba a hacer zooms e intuí que iba a ser una gran explosión digital y que se iba a acelerar la transformación digital de la realidad. Y escribí un artículo del NYT que está incluido en Lo viral, que fue un poco la tesis del libro. Yo no sabía que sería un libro. Al principio era un diario de la cuarentena, del confinamiento. Después me di cuenta de que un diario era algo muy obvio, que mucha gente estaba escribiendo y decidí reconstruir la pandemia desde noviembre hasta marzo y escribí un ensayo sobre la viralidad digital que no existía. Y con esos planos, esas capas y esos estratos, fui trenzando Lo viral. Y de hecho es algo que tienen todos mis libros, una serie de estratos o una forma de red: también en Membrana hay una dimensión poética, una dimensión científica, una dimensión tecnológica, una dimensión ensayística, narrativa, como si se fueran trenzando diferentes formas de discurso en un conjunto coherente”.

Para Jorge Carrión, y tal como lo expuso en sus artículos del NYT, Zoom puso la estética en la pandemia y TikTok el soundtrack.

A propósito del auge de lo digital y la emergencia de las grandes plataformas tanto de Estados Unidos como de China, ¿cómo ves el capitalismo de plataformas y los tres tenores de la globalización: Google, Facebook y Amazon?

“Sí, es sorprendente cómo una utopía como la de Silicon Valley en California en los años 80 se ha convertido en una distopía en la gestión del negocio que es puro lucro. Ya se habla de capitalismo especulativo porque todos son burbujas e inversión en ideas de futuro que no siempre se vuelven reales. Y no hay que pensar sólo en Estados Unidos y en las tres grandes compañías, o cuatro con Microsoft. Hay que pensar también en Alibaba, en WeChat, en TikTok. Es una cuestión global dominada por Estados Unidos y China en esa suerte de transición de imperios”.

En ese sentido, ¿consideras que China ya le arrebató la hegemonía a Estados Unidos?

“No, yo creo que todavía hay un predominio norteamericano porque ahí nació todo y lo que hace China ha sido copiar. De hecho, los grandes tecnólogos chinos se han formado en Estados Unidos, de modo que todavía estamos en una suerte de sucesión en la que China todavía está por debajo, pero los planes de China son ser una potencia mundial en Inteligencia Artificial y ser la máxima potencia mundial en breve. Veremos si lo consigue o no lo consigue”. 

Sobre la hibridación de géneros, cómo se entremezclan la poesía, el ensayo y las demás expresiones discursivas

“Lo que ellas hacen es crear su propia lengua literaria. Han conquistado la ironía, han conquistado la inteligencia y ahora quieren emanciparse de lo humano, para ello crean el Museo, que es una obra maestra de la independencia cultural. Ellas quieren realmente tener su biblia, su canto fundacional, su gran monumento, y el Museo del Siglo XXI es eso para ellas, y tiene que tener una lengua que por un lado sea humana, y por otro lado sea propia, o posthumana, y eso es lo que intentan ensayar con este tipo de estilo tan peculiar”.

En la reconstrucción histórica del pasado y los hitos tecnológicos mencionas el ferrocarril, el telégrafo, el teléfono y cómo la voz irrumpió. Recientemente se llevó a cabo el Mobile World Congress de Barcelona y ahora ya está 5G y el futuro ha llegado. ¿Cómo ves este panorama futurista y en qué lugar consideras que están España y México?

“Yo creo que hay una idea de futuro predominante que pasa por que cada vez todo tenga una versión superior. El iPhone 13,14,15; el 4G, 5G, 6G, 7G, todo tiene su progresión numérica, hay mucho interés económico en que eso sea así, pero el presente siempre contradice el futuro o lo pone en jaque, entonces ya veremos qué pasará. Hay informes que dicen que Alexa de Amazon no está funcionando, que no tenemos ganas de hablar con asistentes personales, en cambio el podcast sí que se ha impuesto globalmente. Entonces hay de pronto apuestas que han triunfado y otras que no. Iremos viendo poco a poco. España y México son países periféricos respecto a las grandes apuestas globales de la innovación, pero México está cerca de Estados Unidos y España forma parte de la Unión Europea, de modo que evidentemente hay una retroalimentación vinculada con la cercanía y con el tipo de empresas que se instalan y se desarrollan en ambos países, pero yo no soy experto en economía ni en tecnología, sólo soy un crítico cultural y escritor disperso que sabe poquito de muchas cosas e intenta crear con eso constelaciones de sentido en formato de novela, de ensayo o de podcast”.

En la recreación de la vivienda de Karla Spinoza se aborda la cuestión de la tecnofobia. Eso remite al planteamiento de Umberto Eco de apocalípticos e integrados. ¿Cuál es tu posición personal?

“Efectivamente, en la novela hay, por un lado, la tecnofilia, el amor extremo a las nuevas tecnologías, y la tecnofobia, encarnada sobre todo por Ben Grossman, como líder terrorista en contra de los robots y los algoritmos, y yo estoy un poco en el centro. Es cierto que no tengo un particular cariño a ninguno de mis teléfonos móviles ni ordenadores de mi vida, de modo que ese vínculo emocional, sentimental, con los dispositivos, extrañamente no se da como sí se da con las joyas, con los relojes, incluso con algunos zapatos o algunos coches. Yo no soy ni apocalíptico ni integrado, ni tecnófobo ni tecnófilo, me sitúo en un punto medio de perspectiva crítica, por un lado, pero sin rechazar nada, intentando comprender todos los fenómenos contemporáneos porque todos humanos y me interpelan y me son de un modo u otro propios”.

Membrana, una novela de lo posthumano: Villoro

Para el escritor mexicano Juan Villoro, Membrana es una distopía de lo posthumano. Mientras que para Ximena Santaolalla es una novela de horror. Sin embargo, para su autor, en verdad se trata de una novela de amor, ya que Karla Spinoza, uno de los dos únicos personajes humanos del libro, se enamora de Maxi, el asistente de voz sucesor de Siri. Así lo expusieron los tres durante la presentación de Membrana en México, realizada el miércoles 23 de febrero en Laguna. 

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Villoro expuso que la mejor manera de preservar la historia humana es que las máquinas se hagan cargo del legado. Y aseguró que en la obra las máquinas nos ganan la partida, por lo que se destaca la necesidad de aceptar nuestra derrota.

Frente a todo el auge tecnológico, la penetración en todos los ámbitos de nuestra vida y el predominio de las inteligencias artificiales y los algoritmos, ¿qué es lo que nos sigue haciendo humanos o dónde radica la esencia de la humanidad?

“Lo humano es tecnohumano desde siempre. Lo humano es mutante. Siempre ha sido diálogo con instrumentos y con artefactos y con tecnología. Fíjate cómo nace la escritura: con las tablillas de arcilla y cuando delegamos parte de nuestra memoria en la arcilla, ampliamos nuestro vocabulario y el lenguaje también es una tecnología, de modo que lo humano es algo que está en constante mutación, cambio, ampliación, contradicción y siempre tiene que ver con objetos y con mundos no humanos: el vegetal, el de los hongos, el del resto de los animales, el de los instrumentos, de las cosas. Y lo que creo que hay que intentar es ver lo humano como un fenómeno complejo que involucra todo aquello que nos rodea y que nos interpela y que nos emociona y que nos interesa y que usamos, que manipulamos, desde siempre. Y eso no deja de mutar, no hay ningún problema. Hay que asumir que parte de la esencia de la humanidad es su carácter cambiante”.

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