La nueva era de la economía del silicio que está transformando Latinoamérica

En la actualidad, estamos siendo testigos del impacto significativo de tecnologías emergentes en cada rincón de nuestras vidas gracias al poder del silicio. La Inteligencia Artificial (IA) y la conectividad omnipresente nos están acercando a un sinfín de oportunidades para llevar la vida humana al límite y hacer de la era digital un avance positivo para el planeta. 

Este impacto global de la tecnología revela la transición hacia una nueva era económica definida por el silicio, un elemento vital del cual se derivan los transistores en los chips, el corazón de cada solución tecnológica que existe. 

Estos componentes no solo sustentan la economía moderna, sino que también catalizan un cambio profundo en la forma como vivimos y trabajamos en el mundo actual, creando una red interconectada de innovación y desarrollo sin precedentes. 

En este contexto, es esencial promover un desarrollo global y equilibrado en la industria de los semiconductores, que es de vasta importancia para el progreso humano y está experimentando un crecimiento exponencial. 

De acuerdo con Statista, se proyecta que el mercado alcance los 750,000 millones de dólares para 2025 y 1.1 billones de dólares para  2030, un crecimiento que duplicaría su tamaño en tan sólo una década. 

Este fenómeno no sólo subraya la magnitud de esta industria, también su potencial para redefinir los límites humanos en los próximos años.

Con esto, hemos clarificado nuestras prioridades dentro del ecosistema tecnológico. Lo primordial es acentuar la importancia de la colaboración entre diversos sectores, tanto públicos como privados. Esta estrategia colaborativa se integra perfectamente con la naturaleza interconectada de la economía del silicio, donde el éxito radica en la capacidad de trabajar conjuntamente para impulsar el desarrollo de soluciones y abordar los desafíos emergentes. 

En cada dispositivo, se encuentran microprocesadores y diversos tipos de chips, que van más allá de simples circuitos y transistores; éstos representan nuestra capacidad para crear y dar forma a un futuro lleno de innovación y nuevas soluciones. 

En el actual panorama, asegurar una cadena de suministro de semiconductores estable y equilibrada es esencial para impulsar la economía global, generando empleos y facilitando el desarrollo por medio de la tecnología del silicio para enfrentar asuntos mundiales. 

Tan sólo la industria de los semiconductores emplea a más de 300,000 personas sólo en Estados Unidos y contribuye significativamente a la creación de empleos en la economía vinculada al silicio, siendo un pilar fundamental para desarrollar soluciones avanzadas con un impacto global considerable (Oxford, 2021). 

Además, esta industria ya representa 574 billones de dólares americanos y tiene un impacto de 8 trillones de dólares en la economía tecnológica global, según datos de la consultora Forrester. 

La evidencia resalta el papel crítico de los semiconductores en el desarrollo económico y tecnológico mundial.

Por la naturaleza de la nueva era basada en el silicio, se tienen desafíos significativos en cuanto a equidad e inclusión digital. En este nuevo período de expansión económica impulsada por la innovación, es esencial garantizar que todos los segmentos de la sociedad puedan disfrutar de sus avances. 

Esto implica que todas las empresas y organizaciones se comprometan a promover la capacitación y la educación tecnológica, así como implementar políticas que fomenten la accesibilidad y la igualdad de oportunidades en el ámbito digital.

Como respuesta a ello, países latinoamericanos han invertido en el desarrollo de talento tecnológico. Con un aumento de programas locales para fomentar innovación, crecimiento de universidades técnicas y tasas de graduación en ingeniería en niveles récord, Latinoamérica cuenta con una reserva de talento relevante y altamente especializada.

A partir de 2022, Intel estableció una colaboración significativa con la Secretaría de Economía Federal de México para fortalecer la cadena de suministro de semiconductores mediante el talento del Centro de Diseño de Intel en Guadalajara (GDC), reconocido como uno de los centros más importantes de la región en la industria tecnológica. 

Esta colaboración ha llevado al Gobierno de México a designar oficialmente la industria de semiconductores como un sector estratégico para la economía del país, evidenciando el compromiso conjunto hacia el desarrollo en la región.

En consecuencia, estamos experimentando avances significativos en la implementación de tecnologías como la IA, gracias al desarrollo de chips con ingenio latino. Este progreso ha sido posible gracias a los esfuerzos conjuntos de diversas empresas y organizaciones comprometidas con la innovación tecnológica. 

En pandemia, los países de la región fueron testigos de un aumento notable de 43 por ciento en la adopción de IA, según revela un informe de la aseguradora HelloSafe (2022). 

Este aumento refleja la rápida integración de la IA en una variedad de sectores y subraya un renovado compromiso por fortalecer el ecosistema tecnológico regional. 

Indudablemente, la economía del silicio representa una época de desarrollo humano con más interconexiones y enfoques holísticos que vayan más allá del impulso tecnológico, abordando cuestiones críticas como la colaboración intersectorial y la inclusión digital. 

Al adoptar este enfoque integral, podemos construir un futuro en el cual el silicio destaque no sólo el progreso económico, también una mejora significativa en la calidad de vida de todas las personas en esta era digital en constante evolución.