Ciudad de México. La evolución de la Inteligencia Artificial (IA) está generando una demanda sin precedentes de semiconductores especializados y capacidad de cómputo, lo que subraya la necesidad de promoverla en lugar de regular de forma prematura, aseguró Carlos Rebellón, director de Asuntos Gubernamentales de Intel para América, México y Canadá.
Al hablar sobre las fases evolutivas de la IA en el marco de México Digital Summit, Rebellón explicó que, si bien la IA Generativa ha entrado en la fase de desilusión, con el uso generalizado de GPTs para consultas básicas, las siguientes fases prometen una disrupción aún mayor, como la IA Agéntica, que se refiere a la toma de decisiones autónoma, y la IA Física, que abarca máquinas que toman decisiones en el mundo real, como los vehículos autónomos.
Esta evolución está transformando las demandas de cómputo, por lo que Intel estima que 80% de la potencia de cómputo se dedicará a la inferencia en lugar del entrenamiento. Según un estudio de la compañía, el volumen de datos procesados por los sistemas masivos de IA Generativa se multiplica por 140 cada mes, lo que exige mayor capacidad, menor latencia y componentes tecnológicos optimizados.
Sin embargo, las tasas de adopción siguen siendo bajas, con sólo 14.5% de las empresas que actualmente utilizan IA Agéntica para automatizar tareas. Según Rebellón, esta limitada adopción se debe a tres desafíos principales: falta de conocimiento, datos empresariales no preparados (la mitad de los datos corporativos no están listos para aplicaciones de IA) y la necesidad de nueva infraestructura de telecomunicaciones.
El ejecutivo advirtió que, aunque muchas organizaciones afirman usar IA, la mayoría sólo utiliza aplicaciones GPT básicas. El riesgo radica en la complacencia respecto a los niveles de adopción de la IA, lo que podría generar importantes brechas tecnológicas a medida que surjan aplicaciones de IA más avanzadas.
Rebellón enfatizó que los gobiernos latinoamericanos se han centrado principalmente en regular la IA en lugar de promover su desarrollo. Citó el ejemplo positivo de Brasil, que ha implementado un plan nacional de IA (PBIA) con 3,000 millones de dólares para componentes y capacitación, en contraste con los enfoques regulatorios de otras regiones.
En el caso de México, advirtió que si bien el país posee la mayor capacidad de diseño de semiconductores de la región, lo que ya representa una ventaja para el desarrollo de IA especializada, también enfrenta desafíos como la ausencia de políticas para estimular la demanda.
Para que América Latina siga siendo competitiva en la era de la IA, Rebellón aboga por planes nacionales de desarrollo de IA que prioricen el desarrollo de infraestructura, la formación de talento y la implementación práctica por encima de una regulación prematura.
“Falta mucho por hacer en política pública que impulse la Inteligencia Artificial. Aprovechemos esas capacidades que tenemos de diseño y desarrollo de semiconductores; no nos está haciendo falta hacer regulación, porque para qué regular algo que no hemos adoptado”, concluyó Rebellón.