Los incentivos para avanzar en la fusión de Millicom-Movistar en Colombia
Con la posible venta de la participación de EPM en Tigo-UNE a Millicom se abren nuevas posibilidades de reestructuración del sector de telecomunicaciones de Colombia, incluyendo la fusión de las operaciones de Tigo con Movistar, la salida total del gobierno como accionista de ambas empresas y la posible creación de un nuevo actor con la suficiente escala para hacer frente a Claro de América Móvil.
Tras varios años de discusiones, el Concejo de Medellín finalmente votó a favor de vender la participación de EPM en Tigo-UNE, que actualmente se ha valorado en aproximadamente 1.6 billones de pesos colombianos o cerca de 400 millones de dólares. El proyecto ya había sido presentado por el anterior alcalde de Medellín, Daniel Quintero, cuando se estimaba que el valor de la participación era de casi el doble en 3 billones de pesos, pero fue rechazado en cinco ocasiones por el Concejo.
Ahora, con la luz verde del Concejo de la ciudad, EPM ha prometido que el capital a obtener se usará principalmente para cuatro proyectos que tengan un impacto a largo plazo en Medellín: becas para la capacitación de por lo menos 100 mil jóvenes; una nueva estrategia de manejo de residuos sólidos; un fondo de innovación en ciencia y tecnología; y mayor conectividad.
La venta de la participación pública en EPM ya ha sido sujeta a múltiples puntos de vista. Por un lado, hay quienes lo ven como la continua privatización de los bienes públicos, incluyendo al propio presidente de Colombia, Gustavo Petro.
Pero también hay quienes consideran que la venta se trata de un movimiento a favor del país, que permitiría recuperar recursos públicos de una empresa en la que no se tiene participación en la toma de decisiones, de la que tampoco se han obtenido beneficios económicos, y que finalmente permitiría una reestructuración del sector para incrementar la competencia y la conectividad.
Las decisiones políticas y el momento del mercado, podrían estarse alineando para que Millicom logre consolidar su posición en el mercado colombiano con la oportunidad de crear el segundo grupo de telecomunicaciones más grande del país. Por un lado, se ha abierto la puerta para que la compañía compre la mitad que no posee de Tigo-UNE, a la vez que ha logrado un acuerdo para la posible fusión de sus operaciones con Movistar de Telefónica.
El propio Ministro de las Tecnologías de la Información y Comunicaciones de Colombia, Mauricio Lizcano, admitió que la consolidación entre Movistar y Tigo sería un movimiento positivo para el sector, que permitiría contrarrestar el efecto de dominancia de Claro, al crear un segundo grupo con la escala suficiente para invertir, según dijo durante una participación en el programa Blu radio.
En el mismo programa, John Maya, director de EPM, coincidió en que la venta de las acciones de UNE a Millicom sería algo positivo para Colombia, ya que la empresa ahora tendría la oportunidad de competir mejor contra Claro, lo que incluso podría revalorizar las acciones y el valor obtenido por la venta.
“Aunque pueden haber varias empresas en el sector, los grandes jugadores para hacer inversiones de esta magnitud son pocos. Entonces, si Millicom tiene apetito para comprar estas acciones, y hacer competencia al otro jugador [Claro] que es muy fuerte, la acción también tendería a subir del precio piso que se tiene, por las expectativas favorables”, añadió.
Desde 2019, Telefónica había iniciado un proceso para la reorganización de sus operaciones en toda América Latina, con el objetivo de lograr una “exposición moderada y sostenible” a la región, básicamente reducir los riesgos y enfocarse en regiones más rentables. Lo anterior, incluyó la creación de la división de Telefónica Hispam, la venta total de sus operaciones en Centroamérica, la venta de infraestructura de fibra en Chile, Colombia y Perú y la conversión de sus operaciones en México a un modelo de Operador Móvil Virtual (OMV), entre otras.
Aunque nunca lo ha dicho de forma explícita, Telefónica se ha mostrado a la posibilidad de buscar “oportunidades estratégicas” para la cristalización de valor de sus operaciones latinoamericanas, esto es, la posible venta de sus operaciones al mejor postor.
En principio, Millicom debería pagar aproximadamente 800 millones de dólares para la compra de la participación de UNE en Tigo, y la participación mayoritaria de Telefónica en Colombia Telecomunicaciones (Coltel). Este monto podría elevarse si el gobierno federal de Colombia decide también participar, y vender su participación del 32.5 por ciento que tiene actualmente en Coltel.
La compañía ya señaló que planea financiar una inversión total de aproximadamente mil millones de dólares y la deuda asumida con un flujo de efectivo libre de capital proyectado durante los próximos 18 meses.
Aunque ambas empresas han hecho públicas sus intenciones por la posible fusión, hasta el momento, la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) de Colombia informó que no ha recibido formalmente ningún inicio de procedimiento. Es posible que Millicom esté a la espera de las negociaciones con EPM por su participación en Tigo y el posicionamiento del gobierno respecto a su participación en Movistar.
En el segmento móvil, Millicom se convertiría automáticamente en el segundo operador más grande del país con más de 35 millones de suscriptores de telefonía, e ingresos superiores al billón de pesos, si se consideran los datos del primer trimestre del 2024.
Aunque algunos de los principales actores del sector se han mostrado a favor de la operación, también reconocen que se deben superar obstáculos, como la posición ideológica del presidente, que podría negarse a vender una participación pública, así como los análisis de competencia requeridos.
Si bien, Lizcano en general se mostró a favor, también se negó a dar una respuesta concreta respecto a la posición del gobierno para la posible venta de la participación en UNE. El ministro se refirió a la concentración del mercado, en la que se tendría dos grupos fuertes, cuando lo ideal es tener tres.
La fusión de Millicom con Movistar llevaría a estos dos operadores a concentrar el 40.8 por ciento de los suscriptores de telefonía móvil, por lo que tan solo dos grupos de telecomunicaciones atenderían a cerca del 86.1 por ciento del mercado.
Claro ha sido investigada en múltiples ocasiones por su presunta dominancia en el sector de telecomunicaciones de Colombia, por lo que la creación de un nuevo grupo con la suficiente escala de competencia podría ser beneficioso para el mercado.
Cabe señalar que actualmente WOM, que quedaría como el tercer operador más grande del segmento móvil, también se enfrenta actualmente a un proceso de reestructuración para hacer frente a su pesada deuda, que incluye también el pago por uso del espectro al gobierno colombiano. Y aunque la empresa afirma que buscará mantener sus operaciones, la opción de liquidación del operador sigue latente.
La posible desaparición de WOM implicaría también un proceso de reconcentración del mercado colombiano a principalmente dos operadores. Y aunque las autoridades de competencia podrían dudar sobre la aprobación del acuerdo, también se debe considerar que la creación de un nuevo operador bien capitalizado, fortalecería el mercado en general.
También se debe considerar el impacto que tendrá en los procesos de negociación la recién posición accionaria asumida por Atlas Investissement, fondo de inversión de Xavier Niel, que ahora posee cerca de un 40.4 por ciento del total de la compañía.