Renault es una de las marcas que actualmente vive un ‘happy problem’. A diferencia de otros competidores europeos, ha logrado consolidar una gama completa de modelos eléctricos que abarca desde compactos como el Twingo y el icónico Renault 4, hasta SUV como el Scenic y el Megane, sin dejar de lado su flota de vehículos comerciales eléctricos. Sin embargo, este avance enfrenta un desafío importante: su implementación en regiones donde la adopción de vehículos 100% eléctricos sigue rezagada, como en gran parte de América Latina.
Elegir qué modelos introducir en el mercado se ha convertido en uno de los mayores desafíos para los responsables de ventas y producto en las marcas automotrices. Esta decisión se ha vuelto cada vez más compleja debido a la creciente diversificación de la oferta, que ahora abarca un portafolio más amplio con vehículos eléctricos, híbridos y a gasolina.
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