Estados Unidos solicitó iniciar el proceso de resolución de controversias comerciales con Canadá, luego de que este país estableciera un nuevo impuesto para los servicios digitales. Según el gobierno estadounidense, este nuevo gravamen es “discriminatorio” y sería incompatible con las obligaciones del acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC).
La oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) dijo en un comunicado que a través de las consultas trabajará con Canadá para resolver las preocupaciones sobre el nuevo impuesto promulgado en junio. Si no se puede llegar a un acuerdo después de 75 días, contados a partir del 30 de agosto, se podrá solicitar un panel de solución de controversias en virtud del TMEC.
“Estados Unidos se opone a los impuestos unilaterales sobre los servicios digitales que discriminan a las empresas estadounidenses. USTR está tomando medidas hoy para abordar las políticas discriminatorias de Canadá”, dijo la embajadora Katherine Tai.
El pasado 28 de junio, finalmente se estableció la Ley del Impuesto sobre los Servicios Digitales de Canadá, que impone un impuesto del 3 por ciento sobre los ingresos por servicios digitales locales. Aunque el impuesto recién entró en vigor, la ley tendrá efectos retroactivos, por lo que las empresas afectadas tendrán que pagar los impuestos correspondientes desde 2022.
El impuesto se aplica a las empresas o grupos con ingresos globales anuales iguales o superiores a 750 millones de euros e ingresos por servicios digitales canadienses superiores a 20 millones de dólares canadienses (14.8 millones de dólares estadounidenses). Canadá espera recaudar unos 875 millones de dólares al año.
Como es de esperar, la ley afecta particularmente a las grandes tecnológicas estadounidenses, a las que en repetidas ocasiones se ha acusado de no pagar los impuestos correspondientes por la venta de servicios ofrecidos en países donde se generan esos ingresos, pero no necesariamente tienen presencia física u oficinas.
Según el gobierno estadounidense, este nuevo impuesto “parece ser incompatible con los compromisos de Canadá en virtud de los capítulos de Comercio Transfronterizo de Servicios e Inversión del TMEC de no tratar a las empresas estadounidenses de manera menos favorable que a las empresas canadienses”.
El TMEC ofrece un proceso de resolución de disputas entre los países miembros, pero si no se llegase a un acuerdo, Estados Unidos podría imponer aranceles en represalia sobre las importaciones procedentes de Canadá.
A principios de este año, la USTR logró también resolver una disputa con Austria, Gran Bretaña, Francia, Italia y España para frenar los planes de imposición de tasas digitales.
El gobierno de los Estados Unidos espera detener estas iniciativas de impuestos sobre servicios digitales, a la espera de los acuerdos logrados para el establecimiento del Marco inclusivo sobre la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios (BEPS) de la OCDE y el G20. Esta iniciativa buscaría reasignar la base gravable de los ingresos a los países donde efectivamente se generan y establecer una tasa mínima global del 15 por ciento.
“Mientras llevamos a cabo estas consultas, continuaremos apoyando al Departamento del Tesoro en las negociaciones fiscales globales de la OCDE/G20 para aportar una solución integral al desafío de los impuestos sobre servicios digitales”, señala Tai.