“España lidera el despliegue de fibra, pero está pagando el precio de descuidar la modernización de los equipos Wi-Fi, lo que socava su competitividad global en rendimiento de banda ancha fija”, señaló Ookla. Consideró que el país es “víctima de su propio éxito” considerando que ha avanzado con el despliegue de fibra antes de la llegada de Wi-Fi 6 y 7.
Según el reporte, dos tercios de todas las conexiones Wi-Fi en España todavía dependen de estándares heredados al cierre del año pasado.
La penetración de Wi-Fi 6, por ejemplo, avanza a paso lento en el país, con un alcance del 46.5 por ciento en el mejor caso y de sólo 13.8 por ciento en el peor. Digi es el líder; aprovecha su posición de nuevo operador sin base heredada y ofrece CPE modernos con Wi-Fi 6 como estándar a toda su base. Los hogares con Wi-Fi 6 y 7 tienen una velocidad media 54 por ciento mayor que con Wi-Fi 5.
La gran cantidad de CPE Wi-Fi heredados en España contrasta con la de otros países europeos. Francia, por ejemplo, tiene casi un tercio de las conexiones con Wi-Fi 6 frente a menos de una cuarta parte en España. Esto responde a que, de acuerdo al informe, el mercado local estuvo liderado por pocos grandes operadores que priorizaron precio y contenido sobre actualización tecnológica.
“España debe acelerar la modernización de su base Wi-Fi para capitalizar plenamente las importantes inversiones en XGS-PON, ofrecer mejoras significativas en la calidad de experiencia para los consumidores y alcanzar a los mercados líderes de los países nórdicos. Los principales ISP europeos que han dado prioridad a la concienciación de los consumidores sobre los estándares Wi-Fi y su impacto, al tiempo que han modernizado su base de CPE Wi-Fi para dar soporte a ofertas rentables Esta estrategia no sólo mejora la experiencia general de la banda ancha fija, sino que también desbloquea nuevas fuentes de ingresos a través de la diferenciación del servicio”, concluyó el informe.