La quinta generación de telefonía móvil o 5G avanza lentamente en España y sus efectos aún no son muy perceptibles por el usuario pese a que esta tecnología se estrenó comercialmente en 2019. Los motivos de este retraso son variados, entre los que se encuentran las dificultades financieras de las operadoras para afrontar una inversión tan importante. Otro de los escollos ha sido la falta de definición del mapa de frecuencias que soportan esta tecnología. En total, la Administración ha realizado cuatro subastas de frecuencias para el desarrollo de redes 5G desde 2018, pero tuvo que acometer en febrero de 2022 una reorganización completa de la banda de 3,5 GHz (gigahercios), la que soportará la mayor parte del tráfico, y en junio de 2023 volver a modificarla para ampliar los límites.
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