Hipertextual-Juan Carlos Figueroa
Microsoft anunció hace varios años que pondría fin al soporte de Windows 10 en octubre de 2025. La decisión impulsará un ciclo de actualización masivo para los fabricantes. Pero también podría enviar directamente a la basura unos 240 millones de ordenadores, de acuerdo con estimaciones de Canalys Research.
A pesar de las crecientes capacidades del mercado para respaldar la circularidad, no se podrán restaurar ni revender los PC que no sean compatibles con Windows 11.
Muchos de los equipos podrían seguir funcionando durante años después del fin del soporte a Windows 10, pero Canalys advierte que la demanda de dispositivos sin actualizaciones de seguridad será marginal.
La decisión de Microsoft afecta a uno de cada cinco equipos. Plantea, entre otras cosas, un gran desafío sobre gestión y eliminación de residuos electrónicos. Unos 240 millones de estos ordenadores pesarían cerca de 480.000 toneladas. En perspectiva, sería equivalente al peso de unos 320.000 coches.