¿El fin de TikTok en Estados Unidos?

El Economista Jorge Bravo

En un movimiento que refleja la constante tensión entre Estados Unidos y China en el ámbito tecnológico, la Cámara de Representantes de la Unión Americana aprobó por mayoría bipartidista la “Ley de protección de aplicaciones controladas por adversarios extranjeros” (cuyo nombre lo dice todo), lo que podría llevar a la prohibición de TikTok en el país. Esta medida revigoriza una larga saga de disputas y negociaciones que rodean a la popular aplicación de videos cortos.

La ley del republicano Mike Gallagher (Wisconsin), conocida como ANTI-SOCIAL CCP Act (pendiente de discusión y aprobación en el Senado), busca prohibir el uso de TikTok y cualquier otra red social asociada o proveniente de “países extranjeros de particular preocupación” que representen un riesgo para la seguridad nacional.

Aunque el nombre de la propuesta apunta directamente al gobierno chino, la ley también buscaría prevenir el uso de redes sociales de compañías con influencia o sede en países como Rusia, Cuba, Irán, Corea del Norte y Venezuela.

La ley, diseñada para salvaguardar la seguridad nacional y la privacidad de los ciudadanos estadounidenses, se suma a los esfuerzos anteriores liderados por la administración Trump para restringir la exitosa presencia de TikTok en el país.

En 2020, Donald Trump intentó prohibir la aplicación citando preocupaciones de seguridad nacional y privacidad de datos, lo que llevó a intensas negociaciones de venta de la propietaria china ByteDance con empresas estadounidenses como Oracle. En ese momento la confrontación geotecnológica con China era más que evidente.

Sin embargo, dichas negociaciones no alcanzaron una resolución definitiva (principalmente porque Trump perdió la reelección), pero la amenaza de prohibición persistió y nuevamente se vuelve a intensificar.

Ahora, Trump se opone a la prohibición y venta de TikTok porque considera que beneficiaría a Meta-Facebook, pero también porque descubrió que puede transmitir de forma directa sus mensajes a los jóvenes a través de TikTok, tras la pérdida de popularidad e influencia de X (antes Twitter).

La controversia en torno a TikTok va más allá de las preocupaciones de seguridad cibernética. La aplicación ha sido objeto de críticas por su papel en la difusión de desinformación y noticias falsas, particularmente durante procesos electorales.

Con las elecciones en Estados Unidos en el horizonte, la cuestión de la desinformación en las redes sociales cobra una relevancia aún mayor. La aplicación recopila datos sobre más de 148 millones de usuarios estadounidenses todos los días (enero de 2024). Según los temores de los legisladores, estos datos pueden ser utilizados para influir en las elecciones.

TikTok no es la única plataforma en la mira en esta discusión. Otros gigantes de las redes sociales como Facebook, Twitter y YouTube también han enfrentado críticas por la propagación de desinformación y noticias falsas.

Adicionalmente, en el ámbito de la competencia las plataformas estadounidenses no han logrado imitar y menos igualar la popularidad de TikTok, que rápidamente creció en número de descargas y desplazó a otras aplicaciones como Instagram en el gusto de los jóvenes.

Además, TikTok rápidamente aprendió a monetizar la plataforma y atrajo a publicistas e influencers, quienes también se han colocado en la mira de las autoridades electorales por su capacidad para sesgar las percepciones políticas de los electores, con patrocinadores detrás de sus mensajes políticos.

Sin embargo, TikTok destaca en la discusión geoestratégica por su popularidad entre los jóvenes y su capacidad para influir en opiniones y tendencias, lo que lo convierte en un actor significativo durante las campañas electorales.

La audiencia de TikTok, compuesta principalmente por jóvenes usuarios ávidos de contenido viral y entretenimiento, es un segmento demográfico crucial para los candidatos políticos y las campañas electorales.

La capacidad que se le atribuye a la aplicación de microvideos para moldear opiniones, percepciones y generar discusiones -fácilmente compartibles en otras redes sociales y grupos de mensajería instantánea como WhatsApp- la convierte en una herramienta poderosa tanto para la difusión de información legítima, como para la propagación de desinformación.

A medida que Estados Unidos avanza hacia las elecciones y continúa su enfrentamiento con China en el ámbito tecnológico, la prohibición de TikTok podría tener repercusiones significativas y futuras en el panorama de las redes sociales y la política digital.

Si bien la protección de los datos de los usuarios y de la seguridad nacional son una preocupación legítima, es fundamental abordar la cuestión de la desinformación de manera integral, considerando no sólo TikTok, sino todas las plataformas dentro de la plaza pública virtual que desempeñan un papel en la difusión de información errónea y noticias falsas.

En última instancia, el desafío radica en encontrar un equilibrio entre la seguridad cibernética, la libertad de expresión y la integridad de los procesos democráticos. Sin perder de vista que las redes sociales son un actor más de dicho proceso, pero que por sí mismas no construyen noticias falsas, sólo son las plataformas que los actores políticos utilizan para generar campañas que pretenden confundir y desinformar a la población, con la intención de preservar o conquistar el poder político.

Twitter: @beltmondi

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