Reforma Jorge F. Negrete P.
El dilema es tomar la decisión correcta. No evadir, enfrentar. Mirar el horizonte, el camino correcto y la sensata decisión de masificar la conectividad, el acceso a Internet de cada ciudadana y ciudadano en el país. Se trata de combatir la marginación digital, profesar la inclusión digital como la alternativa vital para el desarrollo de México. Se trata de poner a México con los insumos vitales para la innovación, el desarrollo científico y tecnológico y la competitividad. Se trata de facilitar la inversión en el mundo de la infraestructura digital y del desarrollo digital y de aproximarnos a la más poderosa economía digital del planeta: Estados Unidos (EUA).
El Plan México de la presidenta Sheinbaum precisa de una base sólida tecnológica y de infraestructura: la digital.
“No existe herramienta más poderosa de transformación que la educación”: Mandela. Sostengo que no existe herramienta más poderosa de transformación de la sociedad que Internet y los servicios que se ofrece sobre la infraestructura digital. No hay igualador social más poderoso que las tecnologías digitales e Internet.
México debe tener educación de calidad en ciudades y en zonas remotas, con infraestructura digital, Internet y planes y programas de estudio en línea. En México debemos tener salud digital con consultas remotas, hospitales inteligentes, Uber de la salud y expediente médico digital. Debe tener la más alta tecnología digital para la seguridad pública, millones de cámaras inteligentes vinculadas a ministerios públicos y poder judicial a tiempo real para las operaciones tácticas, estratégicas, persecución de crimen organizado y combatir al crimen organizado.
Debe tener conectividad en el campo, puertos y sistemas de logística para el campo 5G, puertos 5G y cadenas productivas encadenadas a parques industriales digitales y logística inteligente.
En 2012, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas reconoció el derecho de acceso a Internet como un derecho humano. En la reforma al sector de las telecomunicaciones de 2013 se incorporó ese derecho enriquecido al artículo 6º de la constitución:
Artículo 6º, apartado B, establece que: “Toda persona tiene el derecho de acceso a las tecnologías de la información y comunicación, así como a los servicios de radiodifusión y telecomunicaciones, incluyendo el de banda ancha e Internet”.
A partir de este instante nace el Estado Digital, un territorio que habilita todos los derechos humanos en este espacio, pero también los derechos políticos, la economía digital y el gobierno digital. A diferencia del mundo analógico, la infraestructura digital es la base, la plataforma que permite el nacimiento de un nuevo mundo. Cada ciudadano, cada ciudadana desconectada es sujeto de una marginación empírica e inmediata.
En 1997, Giovanni Sartori, escribió Homo Videns, un espléndido ensayo sobre el debate entre la televisión como poder fáctico y el poder político en la sociedad.
A partir de ese instante, la evolución de la tecnología digital y la nueva infraestructura que habilita este nuevo mundo han visto nacer a la “persona digital”, el nuevo habitante de nuestra sociedad y sujeto de una inmediata habilitación de derechos jurídicos y políticos en este territorio digital y, al mismo tiempo, actor privilegiado y vital de la nueva economía digital.
La palabra “manifiesto” proviene del latín manifestus y deriva de manus o mano. Se comunica que algo es señalable o palpable con la mano. Un manifiesto es una prescripción, una guía para la acción, para el futuro. Un manifiesto es una declaración pública y de principios, en el que se incluyen valores y razones, argumentos sólidos, donde la sociedad expone su forma de pensar, ilusiones y visión colectiva; en consecuencia, su proceder es una declaración pública con programas, objetivos y acciones claras y evidentes.
No habrá justicia ni derechos digital.
Presidente de Digital Policy & Law
X: @fernegretep