Debido a la complejidad, la transformación de Movistar en Tigo Costa Rica tomará varios meses más antes de concretarse.
Es un proceso divido en dos partes: la concentración, que autoriza Sutel, y el traslado de la concesión, a cargo del Poder Ejecutivo.
Ambas entidades están analizando de admisibilidad de los permisos y Tigo es el encargado de presentar la mayor cantidad de documentación posible.
Sutel cuenta con un máximo de 45 días a partir del momento que tenga los documentos para aprobar o rechazar la transacción.
“Sutel emitirá una resolución indicando si autoriza, si lo hace con condiciones o deniega la transacción sometida a su conocimiento”, dijo Eduardo Castellón, vocero de Sutel.
Durante el periodo, otros operadores como kölbi y Claro pueden pronunciarse en contra de la operación.
También debe recibirse una recomendación no vinculante de la Comisión para la Promoción de la Competencia.
En el caso del Viceministerio de Telecomunicaciones, debe solicitar a Sutel un estudio de asignación de frecuencias.
“Con esa recomendación el Poder Ejecutivo hace el análisis y emite la resolución que aprueba o rechaza la cesión de las acciones o de la concesión”, explicó Edwin Estrada, viceministro de Telecom.
El viceministerio no cuenta con periodo de tiempo máximo para dar su visto bueno o rechazo, lo cual podría alargar más el proceso.
De resolverse de forma positiva la operación, el mandatario Carlos Alvarado deberá firmar el documento que autoriza la conversión de Movistar en Tigo y publicar en el Diario La Gaceta para que sea oficial.
La suma de los clientes de Tigo y Movistar en servicios de telecomunicaciones crearía un gigante de telecomunicaciones en el mercado nacional (datos redondeados de Sutel a junio de 2018).