Las amenazas de seguridad, así como la tecnología, han evolucionado, y para hacerle frente, un grupo de expertos se ha reunido con la intención de revertir los ataques próximos, ya sean orquestados por los humanos o por la Inteligencia Artificial (IA).
Darktrace, una iniciativa de la Universidad de Cambridge, fue fundada en 2013, cuando los miembros de la comuidad de IA del Reino Unido se acercaron a los principales matemáticos de la universidad con un problema: el enfoque existente para la ciberseguridad estaba fallando.
En lugar de depender de conjuntos de datos predefinidos para detectar futuras amenazas, Darktrace utiliza IA para comprender las organizaciones que protege, entendiendo el comportamiento normal y anormal de cada individuo que protege.
El conocimiento derivado de la investigación proporciona a la IA la posibilidad de detener nuevos ataques, incluyendo amenazas internas. La compañía compara su enfoque con el de un sistema inmune con “anticuerpos digitales; estos luchan contra los ataques que desvían los patrones de comportamiento.
Luego de su fundación hace seis años, Darktrace acudió a su grupo de investigación y desarrollo (I+D) llamado “cazadores de amenazas”, para reflexionar sobre la nueva ola de ciberdelincuentes contra empresas y gobiernos.
El equipo está trabajando en crear algoritmos que puedan curarse a sí mismos y funcionar de forma autónoma durante largos periodos de tiempo sin actualizaciones periódicas.
Además, el laboratorio de I+D ha transformado la manera en la que las empresas responden a amenazas de acción rápida con su tecnología de respuesta autónoma IA.
Los hackers expertos utilizarán el aprendizaje automático para ejecutar ataques aún más sigilosos contra organizaciones y gobiernos. Max Heinemeyer, director de Caza de Amenazas de Darktrace, cita posibilidades como escribir correos electrónicos de phishing más personalizados y convincentes, o el robo selectivo de archivos específicos de una computadora, en lugar de descargas masivas que pueden activar la detección.
Organizaciones de investigación y publicación de seguridad estiman que el costo global del ransomware alcanzará los 6 billones para 2021. Sin embargo, a pesar de las inminentes amenazas de un panorama de piratería cada vez más inteligente y tecnológicamente avanzado, la industria de la seguridad no cuenta con recursos para luchar contra piratas informáticos o exploits impulsados por IA.
Asimismo, se estima que en 2021 al menos 3.5 millones de puestos de trabajo de seguridad carecerán de talento en estas áreas.