Desde la llegada de las tarjetas crédito y débito a los sistemas bancarios, la forma en que las personas realizaban sus compras y pagos ha venido evolucionando. Hoy es posible imaginar que este tipo de trasferencias se puedan realizar con tan solo sonreír a una cámara, agitar la mano o mirar fijamente un lector.
Los pagos biométricos son ese sistema de autentificación que, a través de la información biométrica de una persona, es decir la huella digital, la voz, el reconocimiento facial, prometen revolucionar el futuro de los pagos y facilitar aún más el mundo transaccional.
En diversas empresas del mundo se está probando la biometría como estrategia para cerrarle el camino a los delitos por internet y rebajar así las suplantaciones de identidad y el fraude en el mundo digital.
“La forma en que pagamos debe seguirle el ritmo a la forma en que vivimos, trabajamos y hacemos negocios, ofreciendo a los consumidores opciones con altos niveles de seguridad”, dijo Ajay Bhalla, presidente de Cyber & Intelligence de Mastercard, en un informe publicado en medios británicos.
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