El equipo de robótica del Colegio Columbus School de Medellín conformado por 14 estudiantes (cuatro son mujeres) logró llegar a la semifinal de la First Robotics Competition (FRC), el torneo de robótica a nivel bachillerato más grande del mundo.
El evento, que entregaba cupo al mundial de la categoría, se desarrolló en Florida, Estados Unidos, entre el pasado 2 y 6 de marzo. El grupo de estudiantes que viajó son de los grados noveno a 12, y participó en la categoría de 14 a 18 años.
El reto lo recibieron en la primera semana de enero y consistía en construir un robot que fuera capaz de recoger pelotas (similares en tamaño a un balón de baloncesto) para luego lanzarlas a dos aros ubicados a una altura de 3 y 1.50 metros de altura aproximadamente.
Pero la prueba no era solo eso. El robot después tenía que lograr colgarse de una serie de barras, similares a las que hay en los parques infantiles, y atravesarlas. Todo este proceso lo debían lograr en un período de tres minutos.
Julián Zúñiga, profesor del Colegio Columbus School, explica que para esta competencia fue necesario utilizar tecnologías avanzadas. Es decir, son robots robustos con sistemas de navegación, sensores y motores que se manejan a nivel industrial. Son prototipos grandes: pueden llegar a pesar hasta 54 kilogramos.
“Se utilizó una tarjeta como la que va incorporada en los aviones Boeing 747 o 757, controladores para los motores, sistemas neumáticos y de navegación. La tecnología que usamos es similar a la que va en los aviones”, dice Zúñiga.
Este fue el único equipo colombiano que participó en el FRC y se midieron a estudiantes de países de Holanda, Turquía, República Dominicana, entre otros.
“Para nosotros fue un honor porque era representar a Colombia, mostrar que el país es más que nuestro pasado, que podemos lograr desarrollos que impacten en las comunidades, eso es lo más gratificante”, cuenta Pablo Arango, uno de los estudiantes.
Agrega que la falta de tiempo para construir el robot (tuvieron seis semanas para lograrlo) y conseguir el apoyo económico (debían costearse la inscripción y el viaje) fueron otros de los retos a los que se tuvieron que enfrentar.
Esta fue la tercera vez que este equipo del Columbus School participa en la FRC: en el primer año lograron el reconocimiento al Mejor Novato, distinción que les permitió asistir al mundial de Houston.