Justo cuando las empresas creían haber logrado una transformación y adaptación total al mundo actual sumándose a tendencias como el ‘home working’, renovando sus planes de ‘marketing’, comercio o estrategias operacionales, entre otras acciones, llega una nueva realidad al mercado: la ‘digitización’.
Con la pandemia, la necesidad de eliminar los trámites presenciales se convirtió en obligación, y las empresas que no alcanzaron a evolucionar al ritmo que el Covid-19 impuso desaparecieron.
En Bogotá, aproximadamente 53.291 dejaron de operar; de esta cifra, el 97 % corresponde a pequeñas y medianas organizaciones. Lo anterior, es solo una muestra de que la pandemia trajo la caída más fuerte en el desarrollo económico del país en los últimos 10 años.
Ahora bien, aquellas que persistieron y se adaptaron continúan funcionando en la actualidad. Pero ¿podrán sobrevivir a los nuevos retos que trae el mundo post-covid?. “Esta es la pregunta que se están haciendo todos los empresarios y que revela los riesgos que deben afrontar todas las empresas con urgencia para seguir funcionando de ahora en adelante”, explica Borja Carreras, CEO de GSE, compañía experta en transformación digital con seguridad técnico-jurídica.
Los usuarios han cambiado
“En esta coyuntura, los clientes o afiliados de los negocios ya no quieren hacer fila y se niegan a desplazarse o radicar información de forma presencial. El deseo de hacer todo vía remota y tener la facilidad de cumplir sus propósitos haciendo solo un ‘clic’, convierte la fidelización de los clientes en un reto que, para superarse, requiere de la automatización de procesos de una forma que asegure la agilidad, veracidad y protección de los datos en los trámites que se lleven a cabo. Ahí entra la ‘digitización’”, afirma Carreras.
Acciones básicas como realizar una compra en donde se deba generar una factura electrónica o la vinculación (‘onboarding’) de manera no presencial y sin papel, además de otras más complejas como el envío de notificaciones de manera certificada, con evidencia de entrega con valor jurídico y probatorio, han cambiado para establecer las nuevas reglas del mundo empresarial, a las que las sociedades grandes, medianas y pequeñas deben adaptarse para evitar desaparecer.
Al implementar estas soluciones no solo se obtiene un ‘ticket’ de supervivencia en el mercado, sino que se consiguen más beneficios al permitir una rápida adaptación a los cambios de paradigma, teniendo en cuenta los nuevos hábitos de los clientes. Todo desde la virtualidad y con mayor seguridad que los trámites presenciales.
La nueva tendencia en los acuerdos
Un acuerdo es un convenio que hacen dos o más partes con ciertas condiciones y un fin. Con la llegada de la pandemia y su inherente impulso a la virtualidad, los contratos se reinventaron en función de las mismas exigencias de la coyuntura. En la actualidad, se debe comprobar que quien los firma es realmente quien manifiesta ser y que lo hace voluntariamente, pero todo de manera ‘online’.
Por tanto, el papel se ha vuelto obsoleto en la realización de trámites y, aunque aún existen algunas diligencias que requieren utilizarlo, ya está pronosticado a desaparecer.
Las prácticas de bioseguridad, por ejemplo, hacen que las personas prefieran no tener este tipo de contactos físicos que, de alguna manera, pongan en riesgo su salud.
De manera que esta transformación representa el final de la firma con tinta, así lo ha previsto el equipo de Bussines Inteligence de GSE: “gracias a la implementación de firmas digitales y otro tipo de firmas electrónicas que garantizan la validez legal, veracidad y confianza de la información, es posible afrontar este cambio con seguridad”, asevera la compañía GSE.
Herramientas para los retos del futuro
Como compañía tecnológica, GSE dispone de herramientas y soluciones que resuelven estos riesgos y permiten prevalecer en la era post-covid a partir de la ‘digitización’ de documentos y procesos.
Por ejemplo, la herramienta ‘Vinkel’ (creada por GSE) facilita la automatización de los mismos. Así, cualquier trámite que requiera una firma, ya sea individual o masiva, pueden generarse de forma sencilla con plena seguridad técnica y jurídica.
‘Vinkel’ es una buena alternativa que puede implementarse en las empresas no solo con el fin de cumplir y blindarse legalmente, sino para mantener buenas prácticas de negocio que, más pronto que tarde, podrían convertirse en una obligación.
Esta contingencia ha llevado a compañías y trabajadores a funcionar desde cualquier lugar y desde cualquier medio electrónico. En el pasado, la firma digital necesitaba un dispositivo físico conocido como ‘token’, ahora, ya no es indispensable.
Hoy, la premisa de la firma electrónica es: “#destokenízate”, pues ya se tiene la posibilidad de firmar usando un certificado digital desde la nube.