La película The Terminator, de James Cameron, inspiró a Fabio Hernán Gómez para construir su propio robot, una titánica misión que inició hace diez años. Termi ya tiene forma y promete cumplir varias funciones, entre ellas ser conferencista.
La base inicial de la estructura era algo similar a un maniquí, con esto empezó Gómez en su taller. También comenzó con muchos interrogantes: ¿Cómo adaptar la cabeza y que gesticule? ¿Cómo incluir brazos, dedos y manos, y que se muevan?.
Ha sido un proceso empírico, porque este manizaleño, radicado en Medellín hace más de 20 años, nunca ha pisado un aula de ingeniería. Esa curiosidad, dijo, se la heredó a su padre Guillermo Gómez, quien arreglaba televisores y radios. También aprovechó su conocimiento sobre aeromodelismo y el funcionamiento de motores y servos.
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