La cobertura sanitaria universal (CSU) implica que cada persona pueda acceder a toda la gama de servicios de salud esenciales y de calidad, cuando y donde los necesite, sin sufrir dificultades económicas. Dichos servicios van desde la promoción de la salud hasta la prevención, el tratamiento, la rehabilitación y los cuidados paliativos a lo largo de su vida.
Así lo determina la OMS, organización que dentro de su Programa General de Trabajo busca que 1.000 millones más de personas se beneficien de la CSU para 2025, venciendo uno de los principales desafíos que enfrenta esta cobertura: las desigualdades, siendo una de ellas la que existe entre las poblaciones urbanas y rurales de los territorios.
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