La ciberseguridad es un motor estratégico de negocio: Kaspersky

Claudio Martinelli, director general de Kaspersky para las Américas, afirmó que la ciberseguridad es habilitador de productividad, confianza y nuevos modelos de negocio en América Latina.

Hace unos años, un grupo de ciberatacantes vulneró la red interna de un banco central de un país de América Latina, poniendo en riesgo la información y el dinero de miles de personas.

Antes de que los ciberdelincuentes pudieran atacar al banco directamente, el equipo de investigación de Kaspersky detectó la vulnerabilidad, la comunicó a la empresa y dio aviso a la Interpol para investigar el delito. Así, se evitó lo que pudo ser un ciberataque catastrófico y una crisis corporativa acompañada de enormes pérdidas financieras.

Este incidente pone de manifiesto la necesidad de las organizaciones de invertir en inteligencia de amenazas (threat intelligence), que permite actuar antes de que ocurra un ataque.

La inteligencia de amenazas implica que las organizaciones identifiquen y se prevengan ante riesgos cibernéticos de forma activa, lo que exige ampliar sus capacidades de detección, visibilidad y respuesta.

Claudio Martinelli, director General de Kaspersky para las Américas, explicó, en entrevista con DPL News, que esto permite a las empresas proteger sus sistemas en tiempo real y prevenir consecuencias catastróficas mientras los ciberataques se hacen cada vez más sofisticados.

El criminal sólo necesita ser eficaz una vez; yo, en cambio, debo ser eficaz el 100% de las veces. La clave es la inteligencia”, puntualizó Martinelli en el marco de la Cyber Security Week 2025 de Kaspersky.

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La detección a tiempo de ciberamenazas como esta pone en manifiesto que, en el mundo digital actual, invertir en ciberseguridad dejó de ser una simple póliza de seguro contra ataques informáticos para convertirse en un verdadero habilitador del crecimiento empresarial.

Claudio Martinelli planteó que proteger la infraestructura tecnológica no sólo evita pérdidas, sino que abre la puerta a mayor productividad y nuevos modelos de negocio.

“Hoy la ciberseguridad no es sólo una inversión, es un habilitador de negocios. Si pongo mis sistemas en línea de forma protegida, estoy capacitando mi negocio para ser más productivo y, por lo tanto, ganar más dinero”, explicó.

Se estima que las organizaciones destinan entre 6 y 14% del presupuesto en Tecnologías de la Información a la ciberseguridad. Sin embargo, el directivo consideró que ese porcentaje ya está desfasado: hoy se requiere invertir más, y no desde un enfoque defensivo sino como una palanca de rentabilidad.

Un blanco cada vez más amplio

A medida que la digitalización penetra sectores estratégicos, también se expande la superficie de ciberataques. Salud, energía, telecomunicaciones, combustibles e incluso alimentos y agua potable ya están en la mira de los ciberdelincuentes.

Martinelli comentó que los ciberataques se replican en copy-paste: si un cibercriminal encuentra un punto débil en un hospital o laboratorio, rápidamente exporta ese mismo método a otras organizaciones con características similares.

En este sentido, Martinelli advirtió que la infraestructura crítica —que no puede detener operaciones como sí lo haría una oficina común— es un blanco natural.

“No puedes parar una línea de transmisión eléctrica ni un horno en una acería. Los criminales saben que son sistemas que no pueden detenerse y por eso los atacan”, señaló.

Los sectores industriales también se enfrentan a nuevos desafíos de ciberseguridad a medida que las empresas implementan tecnologías digitales en entornos operativos.

De acuerdo con Kaspersky, 48% de las empresas tienen medidas inadecuadas de ciberseguridad en su infraestructura y apenas la mitad cuenta con presupuesto o personal dedicado a la seguridad cibernética de las Tecnologías Operativas.

Esto profundiza la vulnerabilidad de las organizaciones ante riesgos cibernéticos que podrían causar interrupciones significativas, pérdidas financieras y pérdida de confianza.

Geopolítica y fronteras digitales

La ciberseguridad también se cruza con los conflictos internacionales. Para Martinelli, vivimos ya en una “guerra cibernética” en la que los Estados, grupos políticos y organizaciones terroristas utilizan el ciberespacio como un campo de batalla.

Mientras los países imponen barreras diplomáticas, “los criminales no conocen fronteras y sí se comunican entre sí, aprovechando esas fracturas geopolíticas”, advirtió.

Por eso, en el mundo hay un creciente interés por la soberanía de los datos, consideró el ejecutivo. Hoy los gobiernos quieren que la información esté sujeta a las leyes, políticas y autoridades del país donde se recopila, procesa y almacena.

De esta manera, se protegen los datos gubernamentales de violaciones de seguridad y actividades maliciosas, se tiene mayor control sobre la información, se imponen límites a la forma en que las organizaciones pueden utilizar determinados tipos de datos y se protege la privacidad de los interesados.

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“Cada vez más, los países quieren garantizar que la información de sus ciudadanos no se almacene en otro territorio, porque es un asunto estratégico y hasta puede incidir en procesos democráticos”, señaló Martinelli.

La defensa de la soberanía de los datos se ha convertido en la nueva frontera del poder digital. En un mundo donde las fronteras físicas se diluyen y las diplomáticas se tensan, la información es el recurso estratégico que puede definir desde la estabilidad de un gobierno hasta la confianza en un negocio.

En este tablero, la ciberseguridad ya no es un simple escudo contra amenazas invisibles. Más bien, se trata de un puente que permite a los países y a las empresas avanzar con autonomía y confianza.

Para Martinelli, quien invierte en ella no sólo evita el próximo ciberataque: gana la capacidad de innovar sin miedo, de competir en mercados más exigentes y de escribir su propio destino en la economía digital.