En los casi seis meses desde su regreso a WOM, Chris Bannister, tuvo que abocarse de lleno a reestructurar la operadora de telecomunicaciones ante la delicada situación financiera que vienen arrastrando en los últimos años.
En ese contexto, ayer la empresa informó su decisión de acogerse al Capítulo 11 de la ley de quiebras de Estados Unidos para una reorganización de su deuda y darle continuidad a la compañía, que asegura poseer pasivos por US$1.630 millones y activos por US$1.900 millones.
Según señalo Bannister a El Mercurio, el Capítulo 11 “era el mejor camino” y apuntó a las condiciones externas como el principal causante del mal momento de la firma. “Hay muchas empresas en esta situación que usan bonos o deudas y luego se encuentran con que, en términos de la macroeconomía, no ha sido muy positivo.