Caso antidumping de fibra óptica en Brasil puede encarecer programas de conectividad

El Ministerio de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios (MDIC) de Brasil, a través de la Secretaría de Comercio Exterior (SECEX), publicó la Circular Nº 72/2025, que abre una nueva evaluación en la investigación antidumping solicitada por los fabricantes nacionales Furukawa y Prysmian en 2022, contra las importaciones de cables de fibra óptica provenientes de China. Los fabricantes alegan que la práctica afecta márgenes superiores al 160% y solicitan la aplicación de una tarifa antidumping de aproximadamente 400% ad valorem.

Aunque los indicios de dumping y de daño a la industria local fueron confirmados en la etapa preliminar, el gobierno considera que la imposición de tarifas elevadas podría generar riesgos para las políticas de inclusión digital y expansión de la conectividad, dado que los cables de fibra óptica son insumos estratégicos, fundamentales para proyectos de infraestructura digital y para la economía.

Según la Secretaría de Desarrollo Industrial (SDIC), está en juego la viabilidad de iniciativas como: instalación de 8,000 km de fibra óptica financiados por el FUST en 538 municipios y 679 favelas; implementación de infovías en la Amazonía, beneficiando a 370,000 personas; universalización de Internet en escuelas públicas hasta 2026, con inversiones de alrededor de US$ 1,645 millones; obligaciones del Plan General de Metas de Universalización (PGMU) para 1,500 municipios; y la Política Nacional de Data Centers, que prevé hasta US$ 374,258 millones en inversiones.

La preocupación central es que tarifas muy altas encarezcan la fibra y frenen la expansión de redes, afectando especialmente a regiones remotas.

Actualmente, los cables de fibra óptica importados de China ya enfrentan un impuesto de importación del 35%, establecido en octubre de 2024 y prorrogado hasta 2028 por la Camex (Cámara de Comercio Exterior). Esta alícuota elevada convierte a Brasil en uno de los países con la tarifa más alta del mundo para el producto, muy por encima del promedio aplicado entre los miembros de la OMC, lo que ya presiona los costos de la cadena de conectividad.

La SDIC destaca su competencia, según el Decreto Nº 11.427/2023, para proponer políticas y acciones que promuevan la producción en los complejos industriales de electrónicos y semiconductores, y apoya iniciativas de transformación digital del sector productivo y el desarrollo de la economía digital; sin embargo, la Secretaría “se posiciona favorablemente para que eventuales alícuotas del derecho antidumping aplicado al final de dicha investigación no inviabilicen los proyectos actuales ni los futuros proyectos de telecomunicaciones en el país”.

El documento enfatiza que es fundamental que las medidas a tomar consideren los impactos sistémicos sobre el ecosistema digital y la necesidad de garantizar acceso a insumos estratégicos en condiciones viables.

Finalmente, la SDIC recomienda que la Nota Técnica sea remitida al Departamento de Defensa Comercial (DECOM/SECEX), para que los argumentos presentados sean considerados en la decisión final de la investigación.

Cronología del caso

  • oct/2022: Furukawa y Prysmian solicitan investigación contra cables de China (según Circular nº 16);
  • may/2023: SECEX inicia la primera investigación antidumping;
  • sept/2023: proceso cerrado sin resolución de fondo;
  • ene/2024: Furukawa y Prysmian presentan nueva petición;
  • jul/2024: se abre nuevo proceso con alcance ampliado;
  • oct/2024: gobierno eleva temporalmente la alícuota de importación al 35%;
  • mar/2025: determinación preliminar confirma dumping, sin tarifa provisional;
  • sept/2025: Circular nº 72 inicia evaluación de interés público.

El informe también evalúa la posibilidad de diversificación de orígenes en caso de aplicarse la sobretasa antidumping. Aunque China concentra 28% de las exportaciones globales de cables de fibra óptica, países como Hong Kong, Polonia, Japón y Rumania aparecen como alternativas con saldo exportador positivo. 

Por su parte, Estados Unidos y Francia, pese a figurar entre los mayores exportadores, presentan limitaciones por déficit o bajo volumen de comercio.