Canasta básica tecnológica para el SNTE

Proceso Jorge Bravo

El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) incluyó una “canasta básica tecnológica” dentro de su Pliego Nacional de Demandas 2021 que entregará a la nueva secretaria de Educación Pública, como parte de las demandas surgidas a partir de la pandemia de covid-19. En 2018 el SNTE contaba con un millón 673 mil 623 miembros en todo el país.

La canasta básica tecnológica no es una idea original del SNTE sino una propuesta de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en su “Informe especial Covid-19 No. 7”, para universalizar el acceso a las tecnologías digitales y enfrentar los efectos de la pandemia. En agosto de 2020, el organismo propuso dotar de una computadora portátil, un teléfono inteligente, una tableta y un plan de conexión a los hogares no conectados en la región, con un costo anual inferior a 1% del PIB.

La novedad de la demanda del SNTE radica en que el equipamiento tecnológico sería para los docentes, para que puedan impartir clases a distancia durante el confinamiento. Las estrategias educativas para dotar de computadoras o tabletas se han enfocado en los estudiantes y en menor medida en los maestros.

El famoso Plan Ceibal de Uruguay ha logrado entregar desde 2007 (cuando surge) hasta 2018, 2 millones de laptops y tabletas para la totalidad de estudiantes y docentes de Educación Primaria y Educación Media Básica. Otros países que también han dotado de tecnología a sus maestros son Argentina con el plan Conectar Igualdad, Bolivia con el proyecto Una Computadora por Docente y República Dominicana a través del Programa Compumaestro 2.0.

Los docentes han sido renuentes a la adopción y actualización tecnológica y su alfabetización digital. Los maestros son claramente superados por los estudiantes en lo que se refiere a habilidades digitales y eso crea temores y rechazo hacia las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), incluida la conectividad en el aula.

Como candidato a la Presidencia, Enrique Peña Nieto prometió que todos los alumnos de quinto y sexto grados de primaria tendrían computadora con Internet. La Secretaría de Educación Pública (SEP) inició el Programa de Inclusión y Alfabetización Digital (PIAD) para lograr esa meta. En los tres primeros años se invirtieron 3 mil 763 millones de pesos para adquirir 240 mil laptops y 1 millón 669 mil 864 tabletas para niños de escuelas públicas mediante el programa MiCompu.MX.

Los proyectos oficiales de tecnologías para la educación han sido cuestionados en sus resultados, tanto dentro de los países como a nivel internacional.

En la revisión de la Cuenta Pública 2013 del programa MiCompu.MX, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) identificó que las laptops sólo eran usadas una vez a la semana por los estudiantes de sexto grado. En 2015, la ASF verificó el funcionamiento del PIAD y de la entidad encargada de ejecutarlo, la Coordinación General @prende.mx. La ASF identificó 13 fallas en el programa que entregó 988 mil 489 tabletas a alumnos y “figuras educativas” como profesores, directivos y supervisores de 15 estados. Se acreditó que el número de docentes capacitados en 2015 en el ‘Taller de formación para docentes participantes en el PIAD’ (62 mil 086 docentes) no se corresponde con el número de docentes que en ese año recibieron tabletas (29 mil 396 docentes)”.

A nivel internacional, el estudio “Estudiantes, computadoras y aprendizaje: haciendo la conexión”, presentado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) el 21 de septiembre de 2015, indicó que los países que han hecho fuertes inversiones en TIC para el sector educativo no han visto ninguna mejora evidente en el rendimiento de los estudiantes en los resultados de la prueba PISA en lectura, matemáticas o ciencias. Pero los análisis se enfocan en los estudiantes.

La nueva Ley General de Educación de 2019 incluye el mandato de que la SEP establezca una Agenda Digital Educativa (ADE). La educación que imparta el Estado utilizará los avances tecnológicos y la ADE “dirigirá los modelos, planes, programas, iniciativas, acciones y proyectos pedagógicos y educativos que permitan el aprovechamiento de las tecnologías de la información, comunicación, conocimiento y aprendizaje digital”.

La SEP tenía un plazo de 120 días (antes de que finalizara marzo de 2020, es decir, previo a las medidas de confinamiento) para presentar la ADE. Ésta dice que impulsará las competencias formativas, habilidades y saberes digitales de los educandos y docentes. Promoverá el trabajo remoto y en entornos digitales para favorecer el proceso educativo.

La propia ADE cuestiona el programa MiCompu.MX porque “la carencia de la formación docente fue un factor de impacto para el éxito del programa, ya que el uso de las computadoras para actividades de aprendizaje era escaso”.

Para el ciclo escolar 2019-2020, de un total de 198 mil 192 escuelas públicas de educación básica, 54.3% tiene computadoras, pero apenas 37.7% posee conexión a Internet. El número de docentes de educación básica en escuelas públicas es de 1 millón 039 mil 290, según las Principales Cifras del Sistema Educativo Nacional 2019-2020.

Las TIC están transformando la educación porque por primera vez el acceso al conocimiento es democrático, sencillo y puede ser para todos a través de múltiples opciones, incluidas las digitales. Las aulas, los maestros, los estudiantes y los contenidos se vuelven virtuales y la educación remota. El aprendizaje en línea permite a los educadores traer la escuela en el dispositivo o llevarla al hogar, y a los estudiantes llevar el dispositivo al aula. 

La demanda del SNTE de contar con una canasta básica tecnológica para los docentes es necesaria, pero la organización gremial debiera tener su propia política digital para responder a los retos cambiantes que imponen las tecnologías a los modelos educativos. El SNTE pide tecnología sin contar con un plan maestro visionario sobre cómo las TIC van a mejorar la calidad de la educación en México y cómo los docentes van a desarrollar las competencias digitales que demanda el siglo XXI, honrando la famosa frase de Nelson Mandela: “la educación es la herramienta más poderosa que podemos usar para cambiar el mundo”.

Twitter: @beltmondi

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