Beneficios de la Inteligencia Artificial para niños y niñas

En la actualidad, tenemos cada vez más contacto con dispositivos y servicios que emplean la Inteligencia Artificial (IA) para funcionar. Se estima que para 2023 habrá más de 275 millones de asistentes de voz inteligentes, como los de Amazon Echo y Google Home, en los hogares de todo el mundo, según datos de un estudio de Juniper Research.

Sin embargo, la cercanía e interacción con esta tecnología es muy diferente cuando la utiliza un adulto a cuando los usuarios son niños o niñas. Hoy en día, las infancias tienen encuentros muy tempranos con las pantallas y con dispositivos digitales con los que pueden interactuar desde distintas perspectivas, pero esta interacción puede tener un gran impacto en el desarrollo de estas nuevas generaciones.

Una investigación de Data Child Futures indica que en 2019, el 40 por ciento de los juguetes que tenían los niños participantes estaban conectados a Internet (con la capacidad inherente de acceder a servicios de IA).

Estos datos nos obligan a reflexionar y analizar desde el punto de vista de la industria, cómo puede repercutir la IA en las vidas y crecimiento de las infancias a largo plazo cuando se incluye en este tipo de dispositivos.

La IA debe educar, no sólo entretener

El principal beneficio de la Inteligencia Artificial para las infancias es que habilita un derecho humano fundamental: el acceso a la información. “Una educación de calidad no significa que solamente puedan ir a la escuela, sino que también tengan acceso a los recursos que necesitan para aprender”, explica a DPL News Mauricio García, director de Tecnología en Frog, firma especializada en diseño y análisis de datos.

“En general, lo bueno de conectar estos objetos que utilizan los niños a servicios que emplean Inteligencia Artificial, es que les estamos acercando muchas herramientas para aprender. Eso es lo más importante, que aprendan cosas.

“Pero la responsabilidad que tenemos al diseñar servicios con IA es que aprendan las cosas correctas, porque un niño va a aprender lo que tenga enfrente y tenemos que asegurarnos de que las herramientas y el tipo de información a las que tenga acceso sean cosas buenas.

“No sólo debe ser entretenido, sino que también debe servir de algo. De lo contrario, podemos caer en el error de que se vuelva simplemente un medio de publicidad o de entretenimiento, y en un caso extremo, que se vuelva un medio para la desinformación en temas que no deseamos que conozca un niño.

“Entonces es bueno que tengamos acceso a estas herramientas que nos ayudan a facilitar la entrada al conocimiento y a nuevas ideas, pero debemos buscar que sean las correctas.

“Las herramientas automatizadas nos ayudan a crear programas personalizados de aprendizaje y les brinda independencia a los niños para explorar nueva información al alcance de sus manos, sin la limitante de no poder comprar un libro o conectarse a un canal específico de televisión para poder aprender.

“Hoy estamos viendo un nivel de integración con los objetos inteligentes en la vida cotidiana a tal punto que no nos damos cuenta que estamos usando Inteligencia Artificial. Para los niños parece algo mágico que simplemente funciona y no necesariamente se están cuestionando cómo lo hace. Lo aprenden a usar porque es demasiado fácil usarlo, pero no por eso quiere decir que lo estén utilizando bien.

“Es por eso que hay que tener especial cuidado en instruir a los niños para que crezcan aprendiendo a usar bien estas herramientas, de tal manera que los beneficie cuando las necesiten y no se vuelvan consumidores víctimas de la herramienta automatizada”, menciona.

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Mejores prácticas de diseño IA para niños

El director de Tecnología en Frog señala que es fundamental que a la hora de diseñar herramientas con IA, no sólo se deba involucrar a los niños en el proceso sino también a especialistas en desarrollo infantil, para estar seguros de que se está aportando algo bueno y útil o si sólo se les entrega una gratificación inmediata (lo que pasa con los juguetes), ya que cualquier acción nociva podría tener un gran impacto en sus vidas.

Por ello, recomienda seguir tres claves principales:

  • Involucrar a especialistas que conozcan cada etapa en el desarrollo de un niño y nos puedan guiar para entender las consecuencias que puede tener nuestro servicio o producto en ese momento y a largo plazo.
  • Ser transparentes y explícitos con los padres y niños sobre qué tipos de datos utiliza o incluso la ideología que contempla. Ya que en el caso específico de la IA, no podemos escapar de los propios sesgos de la ideología. Cualquier modelo que entrenemos va a tener este sesgo de las cosas en las que creemos. Y si no podemos eliminar estos sesgos, al menos los podemos identificar y exponer a los usuarios con qué parámetros se construyó ese producto o servicio, para que sepan si están de acuerdo en que sus hijos convivan con esos sesgos.
  • Ser explícitos con el tipo de herramientas que estamos utilizando. Es bueno que las cosas parezcan mágicas, pero también sería bueno comunicar a los niños que no es magia, que alguien lo diseñó y que hay ciencia detrás de esto. Porque indirectamente vamos a estar influyendo en ellos para que les interese incursionar en carreras de ciencia y tecnología en el futuro.

¿Cómo minimizar los riesgos de privacidad?

Mauricio García apunta que para minimizar los riesgos en cuanto a privacidad y seguridad que plantea la interacción de los niños con la Inteligencia Artificial, se debe tener cuidado y certeza de la calidad de los datos que se utilizan para entrenar los algoritmos, además de no incluir modelos nocivos de discriminación.

“Tenemos que asegurarnos que nadie pueda utilizar nuestras herramientas con fines nocivos. Es parte de la responsabilidad de saber que estamos trabajando con datos delicados y que no pueden estar libremente disponibles para todos cuando quieran”, explica.

Respecto a la iniciativa de la Unión Europea de regular el uso de la Inteligencia Artificial, el especialista en tecnología y diseño celebra como un gran acierto que las regulaciones europeas pongan tanto énfasis en proteger la privacidad porque esto hace que sea más difícil abusar de la información ligada a una persona.

“Con esto podemos limitar los potenciales malos usos de la IA como el avance en el reconocimiento facial, que desde el punto de vista técnico y científico fue un gran logro. Pero en la vida real está ayudando a crear un estado de vigilancia, lo cual es una pesadilla para millones de personas.

“El hecho de que existan estas regulaciones para evitar que se usen los datos para este tipo de acciones, aunque por un lado parece limitar el aspecto de innovación y tecnológico, creo que es un gran acierto en voz de que no se usen para cosas nocivas y que las personas puedan tener el control de sus datos”, afirma. 

3 formas en que la niñez ya está interactuando con la IA

Desde Frog nos comparten algunos ejemplos de cómo se ha buscado aproximar esta tecnología a la niñez:

  1. Asistentes inteligentes y cuentacuentos: algunos asistentes de voz como Alexa, de Amazon, vienen precargados con una serie de cuentos clásicos, originales, mitos y leyendas que puede relatar como un audiolibro. En el caso de los dispositivos con pantalla reproduce una animación sencilla que acompaña el relato, lo que lo vuelve más atractivo para los niños.
  2. Juegos educativos: con el uso de narrativas inmersivas y divertidas es posible estimular la curiosidad de los niños utilizando el juego como una forma positiva de reforzar el conocimiento y adquirir nuevos aprendizajes. Un ejemplo es Yibu, un videojuego que incluye sensores que detectan los datos ambientales como la luz, el sonido o la temperatura, permitiendo una experiencia educativa inmersiva que promueve la interacción con el entorno y no sólo con la pantalla.
  3. Uso terapéutico: otro de los beneficios de la Inteligencia Artificial es su aplicación terapéutica, como el caso de niñas y niños que viven con algún trastorno del espectro autista. El uso de IA ha tenido buenos resultados cuando se utiliza como herramienta para mejorar las habilidades de interacción y conversación dentro de escuelas, dado que los niños que pertenecen a este grupo se sienten más cómodos al interactuar con las computadoras porque son predecibles y lógicas. Sin embargo, aún es necesario realizar más investigaciones y desarrollar experiencias enfocadas en este público.