La Comisión Europea (CE) presentó ayer su brújula digital, una visión que traza cuatro puntos cardinales para avanzar en el proceso de la transformación digital y la soberanía digital de la Unión Europea (UE) hacia 2030.
En el punto clave sobre infraestructura digital que contempla el proyecto, el organismo busca conseguir la participación del 20 por ciento en el mercado mundial de semiconductores, una prioridad que se ha vuelto urgente en medio de la crisis por la escasez global de chips, propiciada por las interrupciones en la pandemia y la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
Bruselas también busca que en la próxima década todos los hogares de la UE ya cuenten con conectividad de capacidad gigabit y cobertura 5G; aumentar la instalación de nodos al borde, y para ese entonces espera contar con una computadora cuántica.
Sobre el punto de habilidades digitales, la CE estima lograr que al menos 80 por ciento de la población adulta desarrolle competencias digitales básicas, que existan 20 millones de especialistas TIC y prevalezca una mayor presencia de las mujeres en estas profesiones.
Además, en el tercer eje de transformación digital de las empresas, la CE quiere que tres de cada cuatro ya utilicen servicios de computación en la nube, Big Data e Inteligencia Artificial. Esto debería reflejarse en que el 90 por ciento de las pequeñas y medianas empresas alcancen al menos un nivel básico de adopción.
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Otra de las prioridades es la digitalización de los servicios públicos. La Comisión se propone que todos los servicios clave estén disponibles en línea dentro de nueve años, que el 80 por ciento de los ciudadanos pueda utilizar una solución de identificación electrónica y todos tengan acceso a registros médicos digitales.
Para cumplir con los objetivos de la brújula digital, Bruselas planea realizar proyectos multinacionales en los que se combinen las inversiones de la UE, los Estados miembros y la industria, para financiar la implementación de infraestructura, el diseño de procesadores de próxima generación y la conectividad.
También prevé desarrollar un marco de principios digitales, en el cual se incluirán los derechos al acceso a una conectividad de alta calidad o a servicios públicos en línea. En general, la idea es que en esta carta de valores se reconozca que en el espacio digital se garantizan los mismos derechos que disfrutan las personas en el mundo fuera de línea.