Después de seis años, Uber aceptó oficialmente su responsabilidad al encubrir una filtración masiva de datos que expuso la información confidencial de aproximadamente 57 millones de clientes y conductores.
El incidente se remonta a 2016, cuando Travis Kalanick lideraba la empresa junto a su Jefe de Seguridad, Joe Sullivan, quien también fue cómplice del encubrimiento.
El hackeo se ejecutó a través de credenciales robadas con las que los piratas informáticos lograron acceder a un depósito de código fuente privado donde obtuvieron una clave de acceso patentada que usaron para acceder y copiar un conjunto masivo de datos.
La información filtrada contenía nombres, direcciones de correo electrónico y números de teléfono, junto con los números de licencia de conducir de alrededor de 600 mil conductores estadounidenses.
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El problema fue que en ese momento Kalanick no informó a la Comisión Federal de Comercio (FTC) sobre la brecha de seguridad, a pesar de que se enteró un mes después del hackeo.
Además, Sullivan optó por pagar a los piratas informáticos un rescate de 100 mil dólares en Bitcoin para permanecer en silencio y no revelar la filtración a los medios de comunicación o a los reguladores.
Posteriormente, en 2017, cuando Dara Khosrowshahi asumió el cargo de director Ejecutivo, la empresa reveló por primera vez la filtración de datos al gobierno de Estados Unidos, y en 2018 tuvo que pagar 148 millones de dólares para resolver las acusaciones de haber tardado demasiado en revelar el incidente.
Ahora Uber llegó a un acuerdo con el Departamento de Justicia de EE. UU. para evitar cargos penales. La condición para no enjuiciar a la empresa se basó en tres acuerdos: el primero fue que Uber admitiera su responsabilidad al no revelar la infracción; el segundo, comprometerse a informar cualquier ciberataque futuro; el tercero consiste en cooperar en el juicio contra el exjefe de seguridad de Uber, Joseph Sullivan, quien fue despedido y acusado de obstrucción de la justicia por su presunto papel en ocultar el hackeo. Su caso está programado para ir a la corte en septiembre de este año.